El candidato a presidente que vendía marihuana, y el único republicano



Activista gay, artífice la legalización de la marihuana y veterano de Vietnam, Denis Peron entró en la carrera por la Casa Blanca en 1996. Desde el pequeño hotel que regenta asegura que el primer trabajo de Barak Obama debe ser acabar con la guerra contra las drogas.

No solo McCain es ya ex candidato a la presidencia de EE UU. Otros hay que también tienen su historia y su manera de ver la vida. Esta es la mirada de un ex candidato que lleva más de un cuarto de siglo cultivando y vendiendo marihuana.

Se llama Dennis Peron y es el tipo que logró la legalización en California. Asegura que lo mejor que podría hacer Obama, lo primero, es acabar con tres guerras: "la que libramos en Irak y en Afganistán contra enemigos invisibles, y la que le cuesta millones en todo el mundo, contra las drogas".

"¿Conoces Milk? Yo salgo en ella, y el personaje que interpreta Sean Penn era mi amigo". Se trata de la película que narra la vida del primer político abiertamente gay que fue elegido para un cargo político relevante. Peron enseña los reportajes que publican las revistas, y las fotos de los años setenta en las que él y Harvey Milk aparecen juntos, con melena y pata de elefante. Hace unos días acudió al preestreno, y aunque no llega a los cines hasta dentro de un mes nos invita a verla de forma efusiva.

"Me parece que la película recuerda muy bien lo que sucedió", dice con cara de cansado mientras recorre para el recién llegado una habitación enorme, en la que ayer durmieron seis personas y que parece limpiada de forma apresurada. "Lo único que no me ha gustado es que al final, de nuevo, Harvey muere".

No destripa el desenlace de la cinta, es una herida que vuelve a sangrar. Milk fue asesinado junto al alcalde de San Francisco en 1978. Dennis vuelve a sonreír cuando le pregunto por el parecido físico con los actores.

Hipotecas y calabazas para el presidente

La bahía queda ahora más lejos, con el cambio me he acercado a las colinas y los rascacielos han desaparecido. Esto está a unas manzanas del barrio gay de San Francisco y, como en el resto de la ciudad, por aquí aún conservan los recuerdos de una larga campaña electoral.

Obama saluda cada tres o cuatro puertas, y en algunas se ve obligado a convivir con brujas, monstruos y calabazas. Son los restos de Halloween, terroríficos como los miles de carteles de Se Vende que decoran las casas de la ciudad. Ni unos ni otros han logrado borrar la sonrisa de cartón y plástico del presidente electo. En lugar de desaparecer, tras tantos meses de agotadora campaña, los símbolos electorales han florecido con la victoria demócrata.

Para llegar hasta esta zona de la ciudad también he cambiado de altura. En un taxi conducido por un italoamericano tatuado, probable fan de Ferrari, he volado desde la planta 20 del Hotel Intercontinental, en pleno centro financiero, hasta un primer piso, casi una entreplanta en el Cozy Castro Cottage, a la que se accede subiendo diez escalones desde la acera. Pero sigo en la cuna de la revolución digital y la última tecnología no ha desaparecido, está por todas partes.

En todo el Bed&Breakfast hay WiFi gratuito. Y si quieres acceder a la casa hay que teclear un código de cuatro cifras en la cerradura de cualquiera de las tres puertas que dan a la calle. Eso si, no hay calefacción y en las habitaciones hace más frío que en la estepa. Pero a Perot no parece molestarle, tiene una bañera de agua caliente en el jardín, donde puede fumar sin congelarse el trasero.

Candidato a presidente

Hace más de treinta años, en 1975 se mojaba también en otras cosas, y mezclaba la marihuana y la política: En su autobiografía cuenta que llegó a obligar a sus clientes a registrarse para votar antes de entregarles la mercancía. La muerte de Milk coincidió con el comienzo de sus problemas serios con la Policía.

En su club de fumadores hubo redadas en 1978, 1990 y 1996, y esta última dio inicio a una batalla legal. Ese año firmó e impulsó la Proposición 215, similar en estatus legal a la que acaba de derribar el matrimonio gay en California. La de Perot logró la legalización del consumo medicinal de la marihuana, que en la práctica da luz verde a cualquier consumo privado. “Con un ejército de abogados, sólo así pudimos conseguirlo", recuerda.

Pocos meses después, un partido político de Minnesota ligado a la defensa de la ilegalización le nombró su candidato a la presidencia. Obtuvo 5.800 votos y después de aquello ha perdido perfil público, y se dedica mantener su pequeño hotel, cultivar, secar, fumar y compartir sus plantas.

En territorio enemigo

A unas pocas manzanas la semilla que plantó Milk sigue dando sus frutos: Banderas multicolores jalonan la calle Castro, epicentro de ambiente gay. Tiendas, negocios, viviendas… matrimonios rotos por una votación. Otra batalla que resurge en Castro. En el barrio vecino, también a unas calles de aquí, un hombre ve ambas luchas desde otra trinchera.

Vive en la calle Noe y sus ventanas son como un escaparate que muestra la otra América. Fotografías de George Bush padre, de Laura Bush, de Ronald Reagan. Contra el avance liberal, cada vez más fotos de Reagan. Es un santuario conservador, su propietario vive en la zona desde hace décadas y con el paso del tiempo y la extensión de Castro el contraste se hace aún mayor.

Los medios le han llamado en alguna ocasión “el único republicano de San Francisco”. Puede que sea por la hora, bastante temprano, o porque no le apetece hablar en estos días, nadie responde cuando tocas a la puerta. Está en territorio político enemigo. En su barrio, en su ciudad y, desde el martes, también en su país.