El último caso conocido en EE UU se detectó hace una semana. Un informe asegura que 16 de los 22 casos confirmados desde 2004 no se dieron a conocer en su momento. La mayoría de los nuevos casos registrados de sida no fueron comunicados. Los productores aseguran que los test médicos son una constante.
El fantasma del sida ha vuelto a asomarse estos días a la lucrativa industria del porno en EE UU. Hace sólo una semana, una actriz de cine para adultos de California, cuyo nombre no ha sido revelado, daba positivo en los tests de VIH que se le habían practicado, según informa el diario Los Ángeles Times.
Los representantes de la industria han llamado a la calma y aseguran que se trata de un caso aislado, "el primero registrado desde 2004".
Por el contrario, un informe divulgado el pasado jueves por el departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles indica que los casos registrados de VIH en los últimos cinco años entre actores porno se eleva a 22, de los cuales 16 no se dieron a conocer cuando se produjeron.
Desde que la enfermedad puso en 2004 en un brete a una de las empresas más poderosas de EE UU -se estima que, a pesar de la crisis económica, factura unos 8.000 millones de dólares al año- los productores exigen a los intérpretes los resultados de un certificado médico realizado un mes antes del rodaje que incluye pruebas de sida y de otras enfermedades de transmisión sexual.
Si bien los test han disminuido en gran parte los contagios, algunas fuentes aseguran que estos no son suficientes para erradicar el riesgo y que existen casos, como el último descubierto, en el que la actriz pasó un test de VIH sin problemas cuando, previsiblemente, ya estaba infectada.
Por su parte, cineastas de películas porno aseguran que cada día se extrema el cuidado en este aspecto, y que ante la sospecha de que un compañero de reparto padece la enfermedad, muchos de los actores se ponen voluntariamente en cuarentena.
La propagación del sida entre actores porno trató de combatirse hace unos años con el uso de condones. Sin embargo, esta medida "no gustó ni a los intérpretes, ni al público", explica Steven Hirsch, responsable de Vivid Entertainment Group, una de las empresas más prestigiosas de este mercado. "El talento no quería usar condones", añade.
En muchos casos, el uso de profilácticos se hizo optativo. En países como Francia se prohibió la emisión de películas porno en las que no se utilizaran condones.