Lo desvela un carta de George Harrison que será subastada. Se la envió a una seguidora en 1963 y podría valer 880 euros. "Una vez me dio un caramelo en un ojo y no es divertido".
Al beatle George Harrison se le ocurrió un buen día confesar su pasión por las golosinas. Desde entonces, y según se desprende de una carta enviada en 1963 por el guitarrista a Lynn Smith, seguidora de la banda, sus fans les lanzaban en los conciertos cantidades ingentes de dulces.
La misiva, que subastada próximamente, deja patente la preocupación de los miembros de The Beatles por salir lesionados de alguna de sus actuaciones. "Puede ser peligroso -comentaba Harrison-, una vez me dio un caramelo en un ojo y os aseguro que no es divertido".
La moda de lanzar golosinas en las actuaciones de los cuatro fantásticos de Liverpool nació hace 46 años. Por aquel entonces, Harrison comentó en una entrevista su afición por las jelly babies, que están hechas a base de gelatina y tienen forma de bebé.
Smith encontró el documento en su desván hace unos meses y ha decidido ofrecerlo al mejor postor. Se espera que el manuscrito alcance un precio de 800 libras (880 euros) en la subasta, que se celebrará en la casa Woolley & Wallis el próximo 17 de junio.