Leonard Nimoy, a la izquierda, y Zachary Quinto, los dos señores Spock de la saga Star Trek.
Y tambièn sobre la antigua. A sus 78 años, el protagonista ha dejado su retiro voluntario. "El personaje me permitió mantener a mi familia", confiesa Nimoy
Star Trek quiere llegar más lejos que nunca en su estreno. Y el estudio que la produce, Paramount, no se refiere a los confines del espacio estelar, sino al público por debajo de los 25 años, que ni había nacido cuando esta franquicia vio la luz en forma de serie televisiva.
De aquello hace más de cuatro décadas. Para ello esta producción de 100 millones de euros cuenta con un nuevo reparto que ronda la treintena, el director más transgresor del medio, J. J. Abrams, y una megacampaña mediática. De fondo queda un mensaje: "Éste no es el Star Trek de tus padres".
Sin embargo, en una carambola espacio-temporal, porque el filme lo protagonizan los jóvenes integrantes de la tripulación de la nave Enterprise en sus inicios, el auténtico hilo conductor depende del vulcaniano señor Spock, la imagen más popular de la saga, encarnado por el veterano Leonard Nimoy. A sus 78 años, el actor estadounidense ha abandonado su retiro voluntario, que decidió en el año 2000, para regresar a una serie de donde precisamente está ausente su amigo William Shatner, compañero de serie que interpretaba al capitán Kirk. "Sé que se comenta mucho si le ofrecieron o no un papel. Yo pienso que se lo ofrecieron, pero quizá él pensó que no era el adecuado. William dice que no se lo ofrecieron. En cualquier caso, somos muy buenos amigos y éste es un tema privado entre Bill y los cineastas", afirma Nimoy con el mismo estoicismo que hizo popular a su Spock, de orejas puntiagudas y calma eterna.
Sea cual fuere la razón que mantuvo a Shatner alejado de la resurrección de esta franquicia, Nimoy está orgulloso de seguir en ella. Y de convertirse en el epicentro de la acción. "Me siento muy cómodo", subraya de un papel que ahora pasa al nuevo Spock, Zachary Quinto, a quien enseñó a hacer el saludo de los vulcanos, y con el que coincide unos minutos en pantalla. También es un enamorado del director, a quien califica como alguien "lleno de energía, encantador, un vendedor de coches".
A Nimoy siempre le intrigó la serie que creó Gene Roddenberry, "un hombre complicado, aunque también un visionario". Como bien recuerda, la popularidad de una serie televisiva es un tema "difícil" que llevó "de mejor o peor manera" a lo largo de su carrera. A él le marcó de por vida. "Pero siempre me permitió mantener a mi familia simplemente como actor", añade agradecido.
Nimoy hizo bastante más que de Spock, sustituyendo a Martin Landau al frente de la serie Misión: Imposible o interpretando Equus en Broadway, además de ser conocido como director de cine, teatro y televisión. "Cuando se estrenó La guerra de las galaxias y fui a verla en una sala llena de gente enardecida y gritando de alegría, supe que Paramount me volvería a llamar", recuerda.
Así ocurrió, y aquella serie original, que en principio no duró más que tres temporadas televisivas (1966-1969) se convirtió en un filón de siete largometrajes y otro sinfín de series de tele y subproductos, fruto del sueño espacial de Roddenberry que el estudio explotó hasta la saciedad. "Yo no participé en el séptimo de los largometrajes. Y a Bill lo mataron. Entendí como que nos querían decir algo", bromea.
En su vida como humano no le han faltado ocupaciones. Además de actor y director, Nimoy también probó su suerte en el campo de la música. Aquella extravagancia ocurrió en sus días de Spock y porque el estudio iba a sacar, con él o sin él, un disco de Star Trek con su rostro en la portada. "Pensé que los seguidores se llevarían una decepción si no participaba en el álbum". Su interés por la fotografía y por la poesía es mucho más personal. Star Trek sigue guardando un lugar especial en su recuerdo. "Me gusta pensar que el mundo es un poco mejor gracias a Star Trek y al señor Spock. He conocido a mucha gente que hoy son científicos por el efecto que tuvo en ellos la serie", añade. ¿Y los frikis? ¿Han cambiado mucho? "Todos hemos envejecido, incluido yo".