70 años de Francis Ford Coppola



Coppola, director de 'El Padrino' cumple 70 años a punto de estrenar nuevo filme

Francis Ford Coppola, el cineasta que regaló al mundo la trilogía de 'El Padrino' y la monumental 'Apocalypse Now', cumple este martes 70 años, con cinco Oscar a sus espaldas y muchas ganas de seguir haciendo cine, como demuestra su última película, a punto de estrenarse, 'Tetro'.

Coppola ha sabido sobreponerse a los grandes éxitos y rotundos fracasos que pueblan su carrera. Entre películas de encargo y proyectos personalísimos se ha construido una de las carreras más eclécticas e interesantes de Hollywood.

Nacido en Detroit en el seno de una familia de ancestros italianos, Coppola es hijo de Italia Pennino y del compositor y director de orquesta Carmine Coppola, que colaboraría en algunas de las bandas sonoras de sus películas.

Trasladada la familia a Nueva York, Coppola pasó su infancia en Queens y a los 9 años cayó enfermo de poliomielitis, lo que le mantuvo un año en la cama. Durante ese periodo se entretuvo creando obras para marionetas y películas familiares en Súper 8.

En 1960, Coppola se graduó en la Universidad Hofstra y de allí hizo una especialización de Bellas Artes en dirección cinematográfica en la Escuela de Cine de la Universidad de California, en Los Ángeles.

Aunque había realizado varios trabajos como director, su debut en el largometraje fue con 'Dementia 13', de la que fue director y guionista, una labor que realizaría tanto para sus propias producciones como para las de otros.

Y tras un par de trabajos en los que no llamó especialmente la atención, en 1972 llegó 'El Padrino', una joya del cine que marcó un antes y un después en los filmes sobre la mafia y que es considerada la segunda mejor película de la historia por el Instituto de Cine Americano, sólo superada por 'Ciudadano Kane'.

Coppola no estaba convencido de llevar a la gran pantalla el 'bestseller' de Mario Puzo, pero finalmente se embarcó en un proyecto que le lanzaría al estrellato y que se convertiría en una de las más taquilleras de todos los tiempos.

Coppola ya había ganado un Oscar como guionista de 'Patton' (1970), y 'El Padrino' le proporcionó el segundo, también por el guión. Ganó además el de fotografía y el de mejor actor para Marlon Brando.

Los 70, una década de éxitos y quebraderos de cabeza

La cinta fue aclamada y el reconocimiento le permitió rodar a continuación 'La conversación' (1974), un cambio radical de género y que fue su primer gran fracaso comercial, aunque fue bien recibida por la crítica (ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes). Con el paso de los años, este filme terminaría considerándose uno de sus mejores trabajos.

También en 1974 llegó 'El Padrino II', y pese a recaudar mucho menos que la primera, consiguió tres Oscar (el primero de Coppola como director, así como el de mejor película y guión). En los años 70 el cineasta siguió cosechando éxitos como productor, autor y director con 'American Graffiti' o 'El Gran Gatsby'.

La fama de Coppola le permitió embarcarse en un proyecto que acabaría convirtiéndose en una auténtica pesadilla. El rodaje de 'Apocalypse Now', adaptación de la compleja novela 'El corazón de las tinieblas', de Joseph Conrad, fue un infierno en el que se sucedieron todos los problemas imaginables: técnicos, económicos, personales, climatológicos...

El presupuesto se disparó, el protagonista (Martin Sheen) sufrió un infarto, los decorados quedaron destrozados por una tormenta tropical, el rodaje se eternizó y las labores de posproducción no se quedaron atrás. El costoso retrato del horror de la guerra de Vietnam dejó al cineasta al borde del colapso nervioso y financiero.

El resultado definitivo fue una película oscura, compleja y difícil, con unas interpretaciones impresionantes (especialmente de Brando), con una fotografía y música espectaculares, y que fue inmediatamente considerada una obra maestra.

El esfuerzo en torno a la epopeya bélica fue premiado con dos Oscar y una Palma de Oro en Cannes. Coppola, que una vez comparó el papel del director con el de un dictador, cobró fama de obsesivo. George Lucas describió así a su amigo: "Francis es un tipo que podría haber mandado hacer el Vaticano o las pirámides".

Bancarrota y alejamiento de Hollywood

Pero tras este complejo proceso, Coppola se metió en uno no menos complicado. Se trataba del rodaje de la película que cambiaría su trayectoria profesional: 'Corazonada', un musical que fue un gigantesco fracaso comercial.

Coppola perdió su casa, su patrimonio y su productora Zoetrope, de San Francisco, con la que en los 70 había empezado a alejarse de Hollywood. A nivel familiar el cineasta sufrió otra gran pérdida: en 1986 falleció en un accidente de barco su hijo Giancarlo.

El cineasta se vio obligado a aceptar trabajos de encargo para poder pagar las deudas, como 'Cotton Club' o 'Peggy Sue se casó'. No obstante, también tuvo tiempo para realizar filmes tan estupendos como 'La ley de la calle' y 'Rebeldes'.

Sin salir aún de sus crisis económica decidió realizar la tercera parte de 'El Padrino' (1990), mucho menor que las dos primeras en cuanto a calidad y ambiciones, y que es recordada más por la mala actuación de su hija Sofía que por sus propios méritos o deméritos.

'Drácula de Bram Stoker' (1992), 'Jack' (1996) o 'Legítima defensa' (1997) fueron algunos de sus siguientes trabajos, en los que siguió mostrando su genio pero no deslumbrando como antaño.

Y es que este italoamericano gordo y de barba gris se liberó hace mucho de los grandes estudios y la presión del éxito. Recientemente criticó el cine establecido de Hollywood como productos "que no generan pensamientos, que son parecidos, que no arriesgan nada". "No atreverse como artista es como no tener sexo y aún así esperar tener hijos", criticó Coppola.

Ahora, a la espera del estreno de 'Tetro', Coppola se dedica también a la producción, como por ejemplo de las películas de su hija (que ha demostrado un gran talento como directora), así como a la hostelería y a la restauración (desde hace más de 30 años, Coppola administra una viña en el Napa Valley de California).

Eso sí, tiene muy claras sus prioridades: "Amo el cine, me gustan otras cosas como el vino y la comida, pero el cine es mágico y eterno. Siempre aprendes cosas buenas".