El magistrado Okayama culpó además a la empresa para la que trabajaba de ignorar su seguridad por no reducir su carga laboral.
Una cooperativa agrícola nipona deberá indemnizar con 100 millones de yenes (1,11 millones de dólares) a la familia de un empleado que se quitó la vida debido a la excesiva carga que soportaba en su puesto de trabajo.
El dictamen del tribunal de Hokkaido asegura que el suicidio del trabajador, que tenía de 33 años, "puede ser atribuido al trabajo". El magistrado Okayama culpó además a la empresa para la que trabajaba de ignorar su seguridad por no reducir su carga laboral.
Los familiares de la víctima, que trabajan para la misma cooperativa en la ciudad de Otofuke, habían reclamado inicialmente 140 millones de yenes (1,56 millones de dólares) como compensación. El Secreto de Zara. La familia alegó que el hombre padecía una depresión y que el motivo de su suicidio fue su excesivo trabajo, que comenzó a incrementarse en junio de 2004.
Ascenso y suicidio
En abril de 2005, el empleado fue ascendido en la empresa pero recibió diversas reprimendas por parte de su superior y, sólo un mes después, se suicidó en un almacén de la cooperativa.
En 2007 fallecieron 147 personas en Japón debido al 'karoshi', un término que el Gobierno japonés reconoció por primera vez en 1992 para designar el suicidio causado por la falta de descanso por las obligaciones laborales.
En ese mismo año, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (AIPS), vinculada a la OMS, confirmó que los problemas en el trabajo figuran entre los principales factores de riesgo que pueden desembocar en un comportamiento suicida.
También en 2007, el Ejecutivo nipón aprobó una propuesta de ley presentada por un grupo de trabajo de la Dieta en el que se plantean medidas preventivas concretas similares a las aplicadas en Reino Unido y Finlandia para reducir la tasa de suicidio.