Kim Basinger vuelve a lo grande con 'Lejos de la tierra quemada'

Kim Basinger, en una escena de 'Lejos de la tierra quemada'


Kim Basinger, el mito de 'Nueve semanas y media', regresa a lo grande. Se estrena 'Lejos de la tierra quemada'. La acompaña Charlize Theron.

El año es 1970, y el lugar Athens, Georgia, EE UU. Cientos de chavales se reúnen en el colegio para asistir a la función de fin de curso y hacer un poco el gamberro. No pasa nada importante hasta que sube a cantar al escenario una rubia tímida, estudiante pésima, a la que apenas han escuchado hablar.

Es Kimila Ann Basinger: tras interpretar un tema de My Fair Lady, que ha ensayado durante tres semanas, la conmoción es total. Poco después gana un concurso local de belleza y se va a Nueva York. Es la despedida de la que, con R.E.M. y B52's, será la gran estrella de Athens.

Heredera de Marilyn

Quince años y Nueve semanas y media después, esa rubia tímida es la actriz más conocida del mundo. El mito sexual del momento, heredera de Marilyn o Bardot.

Robert Altman dice que es lo mejor que le ha pasado al cine en veinte años. Rueda dos películas con Blake Edwards, y Jessica Lange ya no le quita papeles como hizo en King Kong o El cartero siempre llama dos veces.

En su época en la cima, habla en las entrevistas con algo de prepotencia. "De pequeña no me interesaba Barbie: yo era quien tenía que llevar esos vestidos", afirma, o "las clases de interpretación no sirven para nada. El talento se tiene o no se tiene".

Se ha divorciado ya de Ron Britton, que la maquilló en su primera película. Unas declaraciones a Vanity Fair y Kim: Longer than forever, un libro de su ex marido, sugieren problemas con la cocaína.

Quedan lejos sus tiempos como modelo, cuando vivía con la agente Ellen Ford y posaba para Revlon o Breck. "Lo odiaba, pero ganaba mucho dinero", recuerda. "Lástima que me lo gastara todo en regalos".

Los coleccionistas también se gastan sus dólares en Playboy que, en 1983, la mostraba desnuda. Realizadas durante una huelga de actores y en contra de familia y amigos, esas fotos la catapultan a acompañar a Sean Connery en su última aventura como James Bond, Nunca digas nunca jamás.

Después compartirá cámara con Burt Reynolds, Robert Redford, Richard Gere o Bruce Willis. Será la chica de Batman. La década ha sido suya.

En su primera película de los noventa, Ella siempre dice sí, conoce a su segundo marido, Alec Baldwin. Enloquecen al inexperto director, Jerry Rees, llegando tarde al rodaje y exigiendo viajar a Brasil para que una adivina les adelante el futuro, que será convulso: pierde el papel protagonista de Instinto básico, es obligada a pagar nueve millones de dólares a los productores de Mi obsesión por Helena, tras desvincularse del proyecto por unas escenas morbosas, y compra un pueblo, Braselton, para convertirlo en meca turística y cinematográfica en un negocio ruinoso. Malos momentos para una actriz que pierde el rumbo.

Fuego discreto

Entre dudas y malas películas, Curtis Hanson la recluta en 1997 para L. A. Confidential, donde reinventa a divas del cine negro como Veronica Lake y gana el Oscar a la mejor actriz de reparto.

Se retira durante tres años para criar a su única hija, Ireland, y abandona los papeles de alta carga sexual para interpretar a mujeres maduras, como la madre de Eminem en 8 millas, y alguna cinta salvable como Cellular.

En 2000 se separa de Baldwin y se enfrenta a otro libro comprometido: A Promise to Ourselves, en el que el actor da consejos sobre cómo afrontar un divorcio, custodia de hija incluida, con una estrella del cine.

Pero la mejor Kim está por llegar. Ahora se estrena Lejos de la tierra quemada, donde coincide con Charlize Theron a las órdenes de Guillermo Arriaga, que debuta como director tras escribir los guiones de Amores perros o Babel.

Theron, también productora, explica que eligieron a Basinger por "su extrema vulnerabilidad". Su Gina, papel que interpreta en la película, es de los que dejan huella y queman la piel.