Mas protestas contra el empleo de extranjeros en Reino Unido



El personal de dos centrales nucleares se adhiere a los paros, iniciados la semana pasada a raíz de la concesión de unas obras a una empresa italiana

La movilización emprendida por millares de trabajadores británicos del sector energético contra la concesión de trabajos a empresas extranjeras sigue extendiéndose. Hoy han sido los trabajadores de dos plantas nucleares y otras plantas de energía los que se han sumado al movimiento Empleos británicos para los trabajadores británicos, que cuenta ya con el apoyo de una veintena de empresas del sector de la energía y que pide al Gobierno de Gordon Brown la adopción de medidas proteccionistas para evitar la contratación de mano de obra extranjera.

Los trabajadores de las centrales nucleares de Sellafield y Heysham han interrumpido su trabajo y salido a la calle para mostrar su protesta, al igual que los empleados de una refinería de petróleo en Grangemouth (Escocia) y de centrales energéticas de Longannet, Warrington y Staythorpe. Sólo en la central de Sellafield, han sido unos 900 los huelguistas, y 300 en Heysham. En un momento de recesión económica y crecimiento del paro en Reino Unido, los trabajadores estiman que se dan facilidades a los trabajadores extranjeros porque se les paga menos.

Bill Eilbeck, sindicalista de la planta de Sellafield, ha declarado que no es una huelga xenófoba, sino que demandan igualdad de condiciones para todos los trabajadores. "No tratamos de impedir la llegada de trabajadores extranjeros, intentamos impedir que vengan cobrando menos y nos quiten el trabajo. Pedimos igualdad de derechos". "Si el Gobierno no nos escucha, la situación se agravará aun mas", ha sentenciado.

Las huelgas ilegales se iniciaron la pasada semana en la refinería de Lindsey, de la empresa Total. La propietaria adjudicó una ampliación de la planta a la empresa italiana IREM, que ha anunciado que los 500 trabajadores destinados a esa obra serán, en su mayoría, italianos y portugueses venidos expresamente para realizar el proyecto, lo que deja fuera la mano de obra local.

Total sostiene que no discrimina a los trabajadores británicos, sino que no encuentra personal cualificado en la zona, pero los obreros británicos creen que se contrata personal extranjero porque es más barato y exigen a Brown que ponga en práctica una promesa que hizo en el momento de asumir el cargo en junio de 2007, cuando prometió "empleos británicos a los trabajadores británicos". Esta propuesta es ilegal, porque el Gobierno no puede frenar el libre tránsito de trabajadores entre los países de la UE.

Se ha puesto en marcha una mediación para intentar solucionar el conflicto, al tiempo que la dirección de Total se van a reunir con las empresas subcontratadas y líderes sindicales en Scunthorpe. El Secreto de Zara. Mientras, el secretario de Transporte, Meter Mandelson, ha llamado a los trabajadores del sector a abandonar las "huelgas solidarias", subrayando que la legislación europea da a Total el derecho a subcontratar las obras a la empresa que "mejor situada" para hacerla. Asimismo, ha negado en la BBC que se haya excluido a los trabajadores británicos de la obra en Lindsey o que se vaya a pagar menos a los trabajadores extranjeros.