Entrevista con el escritor John Boyne con motivo del film "El niño del pijama de rayas"



Coincidiendo con la película basada en su libro, el autor del 'El niño del pijama de rayas' desvela los secretos de su elogiada obra, habla sobre el tiempo que tardó en escribirla y detalla su relación con la literatura.

¿Por qué se ha dedicado a escribir?

Llevo escribiendo desde los 13 años. Siempre he sentido la necesidad de escribir, como cuando tienes hambre y necesitas comer. Si no escribo ficción me siento como si estuviese perdiendo el tiempo. Dicen que es una forma de expresión, pero en realidad es como una droga, algo que te obliga a terminar lo que estás haciendo. Cuando crees que una historia es buena y has creado un personaje, necesitas terminarla.

¿Le animaron sus padres a escribir?

Mis padres sí. Cuando escribía historias las encuadernaban con mi nombre y las colocaban en las estanterías de mi casa. Siempre me animaron sobre todo en mi adolescencia, a enviar las historias a las editoriales que empezaron a publicármelas. Mis padres querían que tuviese un trabajo estable y una pensión, pero yo les dejé claro que quería dedicarme a escribir. Estaba muy seguro de que quería ser escritor. Así que me apoyaron totalmente. Creo que algunas veces creían en mí más que yo mismo. Cuando cumplí los veinte me marqué el objetivo de publicar mi primer libro antes de los treinta. Pensé que si no lo conseguía no perdería el tiempo haciendo algo para lo que no era suficientemente bueno, aunque lo desease desesperadamente. Conseguí que me publicasen mi primer libro a los 29 años. Así que estuve a punto de fracasar. Pero sabía que no quería cumplir los cincuenta y seguir diciendo a mi familia y mis amigos que estaba trabajando en mi primera novela. Me dediqué a mi trabajo y lo hice con gran ahínco.

¿Y qué me dice del apoyo de los profesores?

En el colegio no me animaban mucho. De hecho, me desanimaban. Las clases de lengua inglesa no versaban sobre ficción. Sólo hacíamos redacciones aburridas e insulsas sin ningún tipo de libertad para escribir lo que quisiéramos. Algunas veces hacía cosas distintas de las que me pedían y acababa teniendo problemas. Así que nunca me fue muy bien en esa asignatura porque no me ceñía a lo que querían. Tuve un profesor de lengua con el que no me llevaba nada bien. Pensaba que era un chico problemático. Una vez estuvo a punto de echarme de clase (aunque yo no era revoltoso) porque mi redacción no se ajustaba a lo que me pedía. Pero deberían animarnos a ser creativos.

¿En qué se inspiró para escribir 'El niño del pijama de rayas'?

¡La verdad es que no lo sé! Lo que sí recuerdo es que estaba en casa y lo primero que me vino a la cabeza fue una imagen de dos niños junto a una alambrada. Curiosamente es la imagen que se utilizó para el cartel de la película. No sé de dónde surgió esa imagen, pero apareció en mi mente y empecé a darle vueltas. La historia estaba ahí. Sabía quienes eran los niños, incluso conocía sus nombres. Tuve la idea un martes por la noche y el miércoles por la mañana empecé a escribir. Me fui a dormir con la imagen en la cabeza. Me tumbé y seguí pensando en ello. Escribí sin parar desde el miércoles hasta el viernes, terminé a la hora de comer. No dormí, escribí sin parar durante dos días seguidos. En total fueron unas 50.000 palabras. El viernes, cuando terminé, era mi cumpleaños y esa noche salí a pesar de estar completamente agotado. En la cena les conté a algunos amigos lo que había estado escribiendo y me miraron como si estuviera loco, sobre todo cuando les conté el final. Les pareció una locura, pero a mí me parecía que era una historia con mucha fuerza.

¿Así que fue como si las palabras surgieran solas?

Así fue, nunca me había pasado nada igual. Tomaba una taza de té entre un capítulo y el siguiente y no le daba muchas vueltas porque no quería perder el hilo. Por eso no dormí, tenía que seguir escribiendo. Era como si las palabras vinieran solas, fue una experiencia extraordinaria. Creo que llegó en un momento en mi vida en el que estaba preparado para asumir algo así.

¿Cuándo se dio cuenta de que tenía que escribir una historia vista por los ojos de un niño?

Cuando terminé la primera parte... no quiero parecer arrogante, pero sabía lo que tenía entre manos. Sabía que si lo hacía bien, mi vida podría cambiar. Si lo hacía mal sería la mayor oportunidad perdida. Así que estuve ocho meses puliendo el libro.

¿Cuándo supo que iban a llevar 'El niño del pijama de rayas' a la gran pantalla?

Mark Herman compró los derechos antes de la publicación del libro. Cuando vi que David Heyman estaba implicado en el proyecto me alegré mucho, pero creí que nunca se haría. Después se estableció una fecha para iniciar el rodaje y entonces empecé a creérmelo. La selección del reparto fue genial, pero seguía pensando que al final no se haría. El primer día de rodaje fui a Budapest y el plató estaba decorado con banderas nazis. Era como entrar en un mundo totalmente diferente. Me coloqué en una esquina, me puse a mirar a todo el mundo y empecé a preguntarme cómo pudo suceder aquello.

¿Fue difícil entregar su creación a otro escritor para que hiciese la película?

En realidad no fue tan difícil; fue un proceso muy natural. Me informaban constantemente sobre lo que iba sucediendo y siempre me sentí parte del proceso. No tuve que preocuparme porque me di cuenta de que respetaban de verdad la novela.

¿Le gustaría escribir un guión?

No. Puede que algún día lo haga, pero ahora mismo no. Me ha costado mucho hacerme un nombre como novelista. Es lo que quiero ser y de momento es suficiente. Me interesa más escribir novelas. Pero me encantaría que otro de mis libros se convirtiese en una película. Ha sido una experiencia extraordinaria, muy divertida y diferente. Permite que el libro se acerque a un público más numeroso y me encantaría volver a hacerlo.