Kaing Guev Eav, conocido como 'Duch', comparece hoy ante el tribunal internacional de Phnom Penh
Comienza el juicio internacional al jefe torturador de los jemeres rojos. 'Duch', de 66 años, fue el comandante de la prisión por la que pasaron unas 15.000 personas para ser torturadas y asesinadas durante el régimen del Pol Pot
El tribunal internacional auspiciado por Naciones Unidas (ONU) ha comenzado a juzgar hoy por genocidio al jefe de la cámara de tortura de los jemeres rojos, Kaing Guev Eav, conocido como el camarada Duch, primero de los cinco acusados de la exterminación de 1,7 millones de personas hace tres décadas durante el conocido régimen de Pol Pot (1975-1979).
Duch fue reclamado en julio de 2007 por el tribunal internacional y tuvo la primera audiencia pública en noviembre de 2007. Hoy ha sido trasladado al edificio del tribunal desde el cercano centro de detención en un coche blindado, protegido por un convoy de vehículos cargados de miembros de las fuerzas de seguridad. Con el rostro enjuto y su mirada desvaída, Duch se ha sentado en el banquillo de la sala de vistas del tribunal, protegida por cristales blindados, y en la que desde hacía unas horas cerca de medio millar de personas, casi la mitad extranjeras, aguardaban su llegada al edificio del tribunal.
Entre los asistentes a la sesión, y además de los abogados de la acusación y la de defensa, se encontraban cerca de sesenta camboyanos que intervendrán como testigos, muchos de ellos de la etnia cham, que fue perseguida con ferocidad por el régimen de los jemeres rojos.
Duch ya ha expresado su remordimiento antes del juicio del tribunal de la ONU. "Duch desea solicitar el perdón de las víctimas y de los camboyanos. Él pedirá perdón públicamente", ha dicho uno de los abogados defensores, el francés Francois Roux, a los periodistas en la sede del tribunal a las afueras de la capital camboyana. Duch, que afronta cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad, ha asistido a la vista vestido con una camisa de color azul y portando gafas, como esas que el régimen Temer Rojo consideró un artículo contrarrevolucionario y cuyo uso castigó con ejecuciones.
Duch, de 66 años, fue el comandante de la prisión de Tuol Sleng, por la que pasaron unas 15.000 personas para ser interrogadas, torturadas, y ejecutadas entre los muros del recinto o en el campo de exterminio de Choeung Ek, a unos 15 kilómetros de Phnom Penh. Eran diplomáticos, monjes budistas, ingenieros, médicos, profesores y estudiantes y no tenían salida, sólo sobrevivieron seis, tal y como reconoció el propio Duch en una entrevista publicada en El País. "Ninguna respuesta evitaba la muerte", aseguró Duch.
Duch, el ex jemer rojo de menor rango que será juzgado, dirigió durante la guerra que precedió a la victoria del grupo maoísta, en abril de 1975, las prisiones M-13 y M-99, situadas en la jungla del noroeste de Camboya y alejadas del frente.
"Notables esfuerzos"
"La primera vista representa la realización de los notables esfuerzos para constituir un tribunal justo e independiente que intentará juzgar a aquellos que ocuparon posiciones de liderazgo y a los que tuvieron mayor responsabilidad en las violaciones de las leyes camboyana e internacional", ha dicho el juez Nil Nonn, al declarar abierto el juicio contra Duch.
El portavoz gubernamental camboyano, Phy Sophan, ha dicho que "es un día importante para Camboya y también para las personas de todo el mundo que defienden el respeto de los derechos humanos".
La primera vista del juicio al comandante de Tuol Sleng (Arbol de la fruta venenosa), o S-21, tiene como objetivo sentar los procedimientos y fijar el orden de comparecencia del acusado y de los testigos que declararán en las sesiones, que se prevé que empezarán a mediados de marzo.
Máquina de matar
Duch y su máquina de matar simbolizan el genocidio cometido por los jemeres rojos entre abril de 1975 y enero de 1979, periodo en el que una cuarta parte de la población que por entonces tenía Camboya fue ejecutada o murió de hambruna o por enfermedades en los inmensos campos de trabajos forzados.
A pesar de la espeluznante cifra de muertos, sólo otros cuatro influyentes ex dirigentes del régimen maoísta están encarcelados y acusados de cometer crímenes similares a los imputados a Duch. A diferencia del resto de los acusados, que niegan haber tenido conocimiento de las atrocidades e incluso de la existencia de Tuol Sleng, Dutch ha admitido su culpabilidad y aceptado su responsabilidad por las acciones que llevó a cabo.
Entre los detenidos se encuentra Nuon Chea, de 82 años, el hermano número dos de la jerarquía de los jemeres rojos y mano derecha del que fuera el máximo líder, Saloth Sar, conocido como Pol Pot, quien falleció en abril de 1998 sin revelar los motivos que le condujeron a poner en marcha una sistemática campaña de exterminio.
Según los expertos, la defensa de Duch expondrá el argumento de que su cliente obedecía la orden dada por la cúpula de que "cualquiera que sea detenido tiene que morir", e intentará responsabilizar de sus acciones a Nuon Chea, a quien informaba directamente de su gestión al frente del penal de Tuol Sleng.
Los otros acusados son el ex viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores, Ieng Sary, de 83 años, su esposa, Ieng Thirit, de 76 años, quien era titular de Asuntos Sociales, y el que fue presidente del régimen de Kampuchea Democrática, Khieu Samphan, de 77 años.
La era del terror
Los jemeres rojos surgieron en los años sesenta como un ala militar del Partido Comunista que llegó al poder tras acabar con la dictadura del general Lon Nol (1970-1975), promovida por Estados Unidos.
El líder, Pol Pot, aisló Camboya del mundo tras la toma del poder en 1975, y prohibió el dinero, la propiedad privada y las prácticas religiosas.
La invasión vietnamita de 1979 acabó con el poder jemer, bajo el que murieron 1,7 millones de personas de hambre y ejecutadas.