Berlín vive la jornada emocionada por el oculto mundo quechua

La actriz Magaly Solier posa para los fotógrafos durante la rueda de prensa de presentación de la película 'La teta asustada' hoy jueves 12 de febrero en el ámbito del 59º Festival Internacional de Cine de Berlín (Alemania). Ésta es la primera película de Perú que concursa por los Osos en una Berlinale y que explora en las víctimas de la guerra y el terrorismo, así como en la lucha contra la impunidad.


Claudia Llosa presentò a un pùblico emocionado la primera pelìcula peruana a competiciòn de la historia del Festival de Berlìn, "La teta asustada". Y la Berlinale se ha refrescado con la deliciosa Renée Zellweger de 'My One and Only'

La Berlinale se ha emocionado con el mundo oculto del quechua a través de 'La teta asustada', de Claudia Llosa, primera película peruana a competición en la historia del festival, y se ha refrescado con la deliciosa Renée Zellweger de 'My One and Only', un bálsamo contra cualquier crisis.

Sencilla, dura, algo hermética y cargada de simbolismos, 'La teta asustada' ha sumergido al festival berlinés en el drama de las mujeres violadas en Perú en las dos décadas de guerra y terrorismo que sacudieron el país a partir de los 80 del siglo pasado y que dejaron cerca de 70.000 víctimas.

De producción hispano-peruana y rodada principalmente en zonas pobres de Lima, 'La teta asustada' se centra en una muchacha intrepretada por la actriz Magaly Solier, que acaba de perder a su madre y que quiere enterrarla dignamente, como un grito contra la impunidad de esos crímenes.

Con ella, con sus cantos en quechua, su rostro hermoso, pero agreste como el paisaje, el espectador llega a la historia de esas mujeres traumatizadas y de la llamada enfermedad de la "teta asustada", que éstas transmitirán a sus hijos, a través de la leche.

"No se puede enterrar a las víctimas bajo un manto de silencio, hay que recuperar su historia, la identidad perdida de toda una generación de personas que, por no tener, no tienen ni carné de identidad, simplemente porque no consta que nacieron", ha explicado Llosa, nacida en Lima y afincada en Barcelona desde hace cinco años.

Sin la coproducción española la película no estaría en la Berlinale, ha enfatizado la directora ante el estreno internacional de su segundo largometraje tras 'Madeinusa'.

'La teta asustada' está hablada en un 40% en quechua, una lengua hermética no sólo para la Berlinale, sino también para los peruanos que, como la señora para la que trabaja Fausta, la muchacha, pertenecen a otra clase, la ajena al mundo indígena.

El quechua se habla en Perú, Ecuador, Bolivia y parte de Argentina, ha recordado Llosa, pero la comunicación entre los indígenas y los que no lo son puede llegar a ser nula. "Entre Fausta y la señora la llegará a haber. Y se romperá, cuando la muchacha crea haber salvado el abismo".

A Fausta le está reservada la pobreza de las alturas de Lima, donde los matrimonios son colectivos, porque no hay dinero, y donde se va de boda en boda sin cambiar de traje.

Una historia a la que acompañan algunas piezas musicales de Magaly Solier, actriz, cantante y compositora, que embelesó a los presentes en la conferencia de prensa cantando en directo una tonada en quechua.

Zellweger borda su papel

También conquistó, pero de otra manera, Renée Zellweger y su 'My One an Only', dirigida por Richard Loncraine, donde borda el papel de una madre que abandona al marido infiel y se marcha a bordo de un Cadillac con dos hijos adolescentes en busca de un suplente.

Renée Zellweger junto a su staff de 'My One and Only'


Zellweger, una rubia platino de labios pintados de rojo carmesí, va de mudanza en mudanza por medio país, a ritmo de 'Big Band'. Viaja en pos de esa suplencia y constata que, a partir de cierta edad, a una mujer sólo le pedirán en matrimonio hombres arruinados, calenturientos o incluso débiles mentales.

Triste conclusión para la mujer, en una Berlinale consagrada a grandes personajes femeninos, a menudo a vueltas con la edad o que viven tórridos romances con jovencitos, como fue el caso de Michele Pfeiffer ('Chéri') o Kate Winslet ('El lector').

"La independencia de una mujer consiste en saber cuidarse de una misma", ha sentenciado Zellweger, tan deliciosa en directo como en el filme, con un rubio platino algo rebajado e idénticas muecas con sus labios de fresa y sus ojos diminutos.

'My One and Only' es una de esas refrescantes comedias que uno tiene la sensación de haber visto trescientas veces, pero donde toda la maquinaria funciona a la perfección.

Toda una balsa de aceite contra la crisis, no sólo la financiera, sino la que más de uno habrá vivido en la Berlinale ante la acumulación de filmes extremadamente duros.

A falta de la última película, 'Tatarak', de Andrzej Wajda, las quinielas apuntan a 'London River', de Rachid Bouchareb, seguida de 'The Messenger', de Oren Movernman), la iraní 'Darbareye Elly', de Asghar Farhadi, y la argentino-uruguaya 'Gigante', de Adrián Biniez.

De imponerse la favorita, el éxito del director sería compartido con su actriz Brenda Blethyn, puntal de una película con otro gran personaje de mujer, para una Berlinale de dominio femenino.