Los sacerdotes siguen trabajando en el Instituto donde ocurren los hechos como si nada hubiera pasado
Sesenta y siete ex alumnos de un internado para niños sordomudos de Verona se han unido para denunciar públicamente los abusos sexuales sufridos durante 30 años a manos de 25 curas y religiosos del centro. La noticia, que publica en su edición de ayer la revista L'Espresso, ha salido a la luz porque las víctimas han decidido hablar al comprobar que algunos de los sacerdotes acusados siguen trabajando en el Instituto Antonio Provolo, y para evitar que su "horrible experiencia" les suceda a otros.
Los ex alumnos, mujeres y hombres cuyas edades oscilan entre lo 41 y los 70 años, han contado por escrito y a través de vídeos que han decidido contar la verdad animados por la firme condena del papa Ratzinger a los sacerdotes pedófilos estadounidenses. Los abusos comenzaron en los años cincuenta y duraron, aseguran los testimonios, al menos hasta 1984, fecha en la que el denunciante más joven abandonó la institución.