Muere el actor Paul Newman a los 83 años



Enfermo de cáncer de pulmón, pasaba sus últimos días en su casa. Lo anunció este sábado Vincenzo Manes, presidente de la fundación Dynamo Camp de Limestre en Italia.

El actor estadounidense Paul Newman falleció en Estados Unidos, anunció este sábado Vincenzo Manes, presidente de la fundación Dynamo Camp de Limestre (centro de Italia) que integra la organización internacional de solidaridad fundada por la estrella de Hollywood.

"Esta mañana a las 7.30 (hora italiana, 5.30 GMT) recibí un correo electrónico desde Estados Unidos en el que se me informa que Paul Newman no está más entre nosotros", dijo Manes. Los presentes respondieron a la noticia con un aplauso que duró algunos minutos.

La versión no ha sido confirmada todavía en Estados Unidos. El actor, de 83 años, estaba enfermo de cáncer de pulmón. En agosto había abandonado el hospital, donde se sometía a un ciclo de quimioterapia, porque quería pasar sus últimos días en su casa con su esposa Joanne Woodward y sus hijas.


10 grandes películas de Newman



Elegancia, masculinidad, porte, complejidad, rebeldía, honestidad y sensualidad. Y con la rara excepción de poner de acuerdo sobre ello a hombres y mujeres.

Era, es, Paul Newman. Su primera aparición en el cine fue en El cáliz de plata (1954). Desde entonces más de 50 películas ante las cámaras le avalan y, por lo menos la mitad, auténticas joyas como para no perdérselas.

Además de su faceta como actor, destacó como director y productor. Fue nominado al Oscar en 8 ocasiones como actor principal, 1 como actor de reparto y una más como productor. Pero sólo lo ganó una vez, en 1986 por El color del dinero, un año después de haber recibido una estatuilla honorífica.

El impacto de gran parte de sus películas tanto entre el público como entre la crítica fue espectacular. Es difícil destacar sólo una decena, pero fácilmente podríamos recordar las siguientes:

Marcado por el odio (Robert Wise, 1956)
Fiel defensor del Método del Actor's Studio, su segundo largometraje como protagonista también le significó el reconocimiento internacional. Newman saltaba de la delincuencia en las calles neoyorquinas al ring para recrear la biografía de otra figura mítica, pero del boxeo, Rocky Graziano. Imprescindible también por Pier Angeli , una formidable fotografía en blanco y negro y un ritmo vibrante. Por algo su director, Robert Wise , fue el montador de Ciudadano Kane (1941).

La gata sobre el tejado de zinc (Richard Brooks, 1958)
Cosas que tiene Hollywood, y las grandes estrellas, a veces. Ni siquiera la rígida censura de la época, que camufló la homosexualidad de su protagonista, evitó que ésta sea no sólo una de las mejores adaptaciones de una obra de Tennesse Williams sino también uno de los grandes clásicos del cine. Temas como la familia, las relaciones paterno-filiales, el amor o la hipocresía desfilan entre la maestría de sus intérpretes y diálogos. Y un recital de Elizabeth Taylor , que recibió la noticia de la muerte en un accidente aéreo de quien era su esposo por entonces, el productor Mike Todd. Hecho que la hizo entregarse aún más al personaje.

El buscavidas (Robert Rossen, 1961)
Un perdedor. Un granuja que se gana la vida desplumando a los incautos que le retan en la mesa del billar. Es Eddie Felson, elevado al altar de los personajes de cine memorables por obra y gracia de un magnífico Newman. Secundado además por otras interpretaciones que rayan la perfección, como la de el Gordo de Minnesota (Jackie Gleason ), su máximo rival; o Sarah Packard (Piper Laurie ), la mujer que tal vez pueda sacarle del camino a la perdición.

Cortina rasgada (Alfred Hitchcock, 1966)
Su única película bajo las órdenes del maestro del suspense, en un rodaje en el que actor y director no salieron demasiado amigos. Interpretó a un físico nuclear norteamericano que, a petición de los servicios secretos de EE.UU., debe hacerse con una fórmula secreta hallada por un científico alemán al otro lado del telón de acero. Para conseguirla se hará pasar por comunista y traidor a su patria incluso ante su propia prometida (Julie Andrews ). Con éxito crítico y comercial sólo aceptable en su estreno, no está considerada como una de las obras maestras de Hitchcock . Pero contiene al menos dos momentos para recordar: lo difícil que es matar a una persona (y toda una escena de referencia, que incluso recientemente Ang Lee llegaba a homenajear en Deseo, peligro ); y la huida final en autobús.

La leyenda del indomable (Stuart Rosenberg, 1967)
Nuevamente un rebelde a la sociedad, esta vez condenado a dos años de prisión por una minucia: romper los contadores de un aparcamiento. Paul Newman es Luke en uno de los títulos de su filmografía más amados por la crítica estadounidense. Un drama carcelario que, se haya visto o no, inmediatamente se asocia con dos secuencias de las que todo el mundo ha odio hablar alguna vez. La apuesta de Luke de comerse nada menos que 50 huevos. Y la sexy presencia de Joy Harmon , una rubia que se dedica a caldear los ánimos de los presidiarios en sus trabajos forzados al aire libre. Su especialidad, el uso de la "manguera" y el jabón para limpiar el coche. Imágenes que, por ejemplo, inspirarían infinidad de anuncios de televisión, videoclips y demás películas; además de ser considerada como uno de los momentos más tórridos del cine.

Dos hombres y un destino (George Roy Hill, 1969)



Título mítico de la historia del cine, y también uno de los mayores taquillazos de los sesenta. Como no podía ser menos al reunir en la misma pantalla a Newman con otro de los grandes guapos por excelencia del celuloide, Robert Redford. Dos asaltadores de bancos en el viejo Oeste a punto de desaparecer que formarán un singular trío con Etta Place (Katharine Rose). Y una canción, Raindrops Keep Fallin' on My Head, compuesta por Burt Bacharach, convertida en un himno a la libertad y al gozo de vivir el momento.

El golpe (George Roy Hill, 1973)
La legendaria pareja protagonista de Dos hombres y un destino, Newman y Redford, volvería a unir sus fuerzas para esta original, divertida y enrevesada trama de engaños que inspiraría en parte a la saga de Ocean's Eleven de Steven Soderbergh . El Chicago de los años treinta y el mundo de los gangsters desde una óptica totalmente distinta, un guión excelente y un final absolutamente sorprendente. Banda sonora compuesta por Marvin Hamlisch igualmente inolvidable.

Veredicto final (Sidney Lumet, 1982)
David contra Goliat, o Frank Gavin, un veterano abogado que ha conocido tiempos mucho mejores, retomando el pleito más importante de su carrera, el de enfrentarse a las grandes corporaciones, en este caso un hospital denunciado por un error médico. El Newman más maduro aportó la sexta nominación como actor de su carrera. Pero la estatuilla volvió a escabullirse yendo a parar a manos de Ben Kingsley y su Gandhi en el film de Richard Attenborough .

El color del dinero (Martin Scorsese, 1986)
Anulando el dicho de "Segundas partes nunca fueron buenas", y validando lo de "A la segunda fue la vencida", obtuvo finalmente el Oscar al mejor actor (a los ¡61 años!) la segunda vez que se puso en la piel de Eddie Felson. Aquí ya retirado de la profesión, de buscavidas del billar, y regentando cómodamente una licorería hasta que se cruce en su camino un nuevo desafío, un joven que puede seguir sus pasos como el mejor empuñando un taco o y embaucando a sus contrincantes. Un muchacho llamado Vincent, con el rostro del por aquel entonces todavía una firme promesa de la interpretación, Tom Cruise. Una secuela dirigida con mano maestra por Scorsese.

Camino a la perdición (Sam Mendes, 2002)
Si su último trabajo para la gran pantalla fue poner la voz de ese auto, vieja gloria de las carreras, en la película de animación Cars , de John Lasseter, cuatro años antes lo vimos en su obra póstuma en carne y hueso. Fue como jefe de la mafia irlandesa en Rock Island. Un hombre paternal y protector pero también implacable y despiadado, aunque se trate de perseguir a aquel a quien ama como si fuera su propio hijo, Michael Sullivan, encarnado por el doblemente oscarizado Tom Hanks . El momento: aquel en que Hanks y Newman se marcan un dúo al piano.

Y un recuerdo también para: El largo y cálido verano (1958), Éxodo (1960), Dulce pájaro de juventud (1962), El premio (1963), Harper, investigador privado (1966), Hombre (1967), Casta invencible (1971), El juez de la horca (1972), El coloso en llamas (1974), Buffalo Bill (1976), Ausencia de malicia (1981), El gran salto (1994), Ni un pelo de tonto (1994), Al caer el sol (1998)...


Newman detras de las cámaras

Ela actor junto a su esposa, la actriz Joanne Woodward


Brilló como actor, fue considerado el hombre más bello del cine y, además, dirigió un puñado de buenas películas. Detrás de la cámara Newman apostó casi siempre por su mujer, Joanne Woodward, como protagonista, apareciendo él mismo en algunos de sus filmes. También acudió varias veces al Festival de Cannes y escribió el guión de una de ellas.

Rachel, Rachel (1968)
Dieciséis años después de debutar como actor y ya convertido en una gran estrella de la pantalla, Newman debutó como director con esta cinta sobre la vida de una profesora solterona que vive con su madre. Joanne Woodward carga con gran parte del peso de la película, basada en una novela de Margaret Laurence. La cinta fue muy bien recibida por público y crítica: optó a cuatro Oscar -no consiguió ninguno- y el trabajo de director y actriz fue premiado por el Círculo de Críticos de Nueva York.

Casta invencible (1971)
Paul Newman delante y detrás de las cámaras en una historia sobre una familia de leñadores que, en tiempos difíciles, lucha por mantener su negocio. En la película Newman era el hijo de otra leyenda de Hollywood, Henry Fonda, y la película se basaba en la novela de Ken Kesey, autor también de Alguien voló sobre el nido del cuco. Lee Remick encarnaba a la esposa de Newman en la ficción.

El Efecto de los Rayos Gamma sobre las Margaritas (1972)
Joan Woodward vuelve a trabajar a las órdenes de su marido en esta adaptación de la obra de Paul Zindel, ganadora del premio Pulitzer. El trabajo de la actriz, que interpreta a una vida con serios problemas con sus hijas, ganó el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes, donde Newman fue candidato al galardón al mejor director.

La caja oscura (1980) (TV)
Joanne Woodward y Christopher Plummer protagonizaban este telefilm sobre los últimos días de tres enfermos terminales.

Harry e Hijo (1984)
Seis años después de morir por una sobredosis de heroína su único hijo, Scott, Newman escribió -junto a Ronald Buck- y dirigió esta cinta sobre un obrero de la construcción enfrentado al mundo y, sobre todo, a su hijo adolescente. La película fue promocionada con la frase "Dos hombres con nada en común... salvo la sangre en sus venas", no recibió buenas críticas y contaba con un reparto con nombres como el de Ellen Barkin, Morgan Freeman y, por supuesto, Joanne Woodward.

El Zoo de Cristal (1987)
Adaptación de la famosa obra de teatro de Tennesse Williams, fue la última película dirigida por Paul Newman. Joanne Woodward interpreta a la sobreprotectora madre de dos hijos, encarnados por John Malkovich y Karen Allen, la 'novia' de Indiana Jones, muy elogiada por ese trabajo.