Singapur organiza este fin de semana la primera carrera nocturna en la historia de la Formula 1. El inédito GP de Singapur trae de cabeza a los pilotos. La posibilidad de lluvia pone en vilo a escuderías y pilotos. La combinación oscuridad/lluvia/velocidad, cóctel explosivo.
El Gran Premio de Singapur, decimoquinta prueba puntuable para el Mundial de Fórmula 1, será este fin de semana la primera carrera nocturna de la historia del campeonato y el primero de los cuatro últimos asaltos por el título de pilotos.
El Mundial llega a las calles de Singapur con el británico Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) y el brasileño Felipe Massa (Ferrari) en los dos primeros puestos del Mundial de pilotos separados por un solo punto (78 contra 77).
La incógnita de una carrera por descubrir en todos sus aspectos hace casi imposible hacer vaticinios sobre lo que pueda ocurrir en una prueba ya de por sí histórica. Y la posible aparición de la lluvia multiplica las dudas. Los 5.067 metros del circuito urbano de Singapur esperan ser los primeros árbitros de la carrera por un Mundial más abierto que nunca.
Carrera 800
El Gran Premio de Singapur no sólo pasará a la historia por ser el primero que se dispute en horario nocturno, sino también por el hecho de ser la carrera número 800 en los 59 años de historia del campeonato del mundo de Fórmula 1.
Será la carrera número 800 en los 59 años de historia del campeonato del mundo de Fórmula 1
El urbano de Singapur es un circuito que se recorre en sentido contrario a la agujas del reloj. Su recorrido poco más de cinco kilómetros transcurre en plena Marina Bay, por enclaves como el puente Anderson, St. Andrews Road, Raffles Boulevard...
Se trata de la segunda carrera que se disputa en una ciudad-estado, aunque, al contrario del Gran Premio de Mónaco, que se disputa en un circuito estrecho lento y revirado, el de Singapur tiene como escenario una pista más amplia y rápida, con una media de velocidad estimada en 175 kms/h (la medida de la sesión de clasificación en Mónaco fue de 160) y una máxima en la recta principal de unos 290 kms/h.
La iluminación artificial es uno de los principales logros de los organizadores de este primer gran premio nocturno, cuyo coste total se estima de 30 millones de euros.
Para ello se ha tenido que desplegar 108.423 metros de cables y se ha instalado 240 postes de acero que sostienen los alrededor de 1.500 proyectores de luz. Todo ello hace que la luz generada sea cuatro veces más potente que la que se utiliza para alumbrar un estadio.
Pero las opciones de lluvia ha hecho que todos los pilotos estén a estas horas en vilo, ya que podría ser un condicionante más a este esparajismo Gran Premio.