El mago David Blaine sobrevive al "Salto de la muerte"

El mago realizó la hazaña sobre el Central Park de Nueva York. Hizo pequeñas pausas para beber y hacerse reconocimientos médicos.

Video: David Blaine colgado en Central Park



Al final, el "Salto de la Muerte" de David Blaine no fue tan mortal. El mago y artista sobrevivió el miércoles por la noche a su última proeza, en la que permaneció 60 horas colgando boca abajo en Central Park.

Blaine, de 35 años, estuvo colgado desde el lunes de un cable fijado a una estructura de acero, construida sobre la pista de hielo Wollma del parque, excepto por las pausas para beber agua y los exámenes médicos, durante las que estuvo en posición erguida por períodos que iban de unos pocos a varios minutos.

El espectáculo concluyó durante un programa especial de televisión de dos horas, que ofreció imágenes grabadas de Blaine actuando e interactuando con sus seguidores en todo el país, y con muchas advertencias del tipo "no intenten hacer esto en casa".

Tuvo tiempo de firmar autógrafos y hacer trucos de cartas colgado
Pero Blaine tenía un truco más para sus aficionados. Tras acabar con su proeza, el artista se dejó caer 13,4 metros desde lo alto de la estructura, balanceándose brevemente desde un cable. Luego ascendió y aparentemente desapareció en el cielo nocturno sobre el parque.

Blaine comentó que la prueba se había hecho más fácil después de las primeras horas, cuando su cuerpo se adaptó a la posición, y le permitió conservar fuerza suficiente para firmar autógrafos, sacar fotos e incluso hacer trucos de cartas cuando estaba colgado.

Sus otras proezas

La prueba es la última de una serie de espectáculos que Blaine ha ofrecido en Nueva York.
En noviembre de 2000 pasó 61 horas dentro de un bloque de hielo situado en Times Square. Dos años antes, vivió durante una semana bajo el agua en una esfera de plástico colocada frente al Lincoln Center, y en 2002 estuvo 35 horas de pie sobre un pilar de 27 metros erigido tras la Biblioteca Pública de la ciudad.

También vivió 44 días en una caja transparente suspendida sobre el río Támesis, en Londres, en otoño de 2003.