Oscar Wilde: La Ironía De Las Palabras - Biografía y Frases

 



Esta vez nos sumergiremos en un personaje fascinante de la Literatura Mundial, el icónico escritor irlandés Oscar Wilde…

 Oscar Wilde nació el 16 de octubre de 1854, en Dublín, Irlanda. Fue un destacado dramaturgo, poeta y novelista, conocido por su aguda inteligencia, humor mordaz que desafiaba las convenciones sociales de la época victoriana. Su padre fue el oftalmólogo William Wilde, y su madre, Jane Frances Agnes Elgee, era poetisa, una apasionada por la escritura, algo que inculcó a su hijo. Al ser sus padres de condición social acomodada, recibió una buena educación. Llegó al Trinity College en Dublín, donde descubrió la literatura clásica, luego estudió en el Magdalen College, de Oxford, en donde se licenció con las más altas notas en literatura clásica.

 Wilde inició su carrera literaria en Londres en 1879 y rápidamente se convirtió en una figura prominente en la sociedad. Entre sus obras se encuentran "El retrato de Dorian Gray" que causó mucha controversia en la época, y "El abanico de Lady Windermere", los cuales, le ganaron reconocimiento y éxito. Sin embargo, su vida tomó un giro oscuro cuando fue encarcelado por "indecencia grave" debido a su orientación sexual, un acontecimiento que marcó el declive de su carrera y su salud, lo que veremos más adelante.

 Wilde era una persona muy ingeniosa y mordaz, se cuenta que tenía mucha facilidad de palabra, y no se cortaba en sus opiniones hacia los demás. Su manera de vestir era muy excéntrica para la época y daba mucho que hablar, además, al ser una sociedad moralista muy rígida, se le dificultó integrarse a ella lo cual lo solventaba con su ironía y la forma en que veía el mundo. Esto lo volcó a su escritura en donde retrataba la sociedad con su humor sarcástico, así retrataba a los victorianos de la época. Su genio fue muy admirado, pero pasó de la sensación por su genio, al escándalo que arruinó su vida.

 Sobre su vida amorosa, Wilde se enamoró en Dublín de Florence Balcombe, que en ese entonces contaba con 17 años. El poeta dijo que era la mujer más hermosa que había visto jamás. Pero Florence no correspondió su amor y se casó con Bram Stroker, el escritor de Drácula. Todo esto fue el empuje que hizo que Wilde deje Dublín con destino a Londres y forjara su leyenda.

 En Londres se casa con Constance Floyd, con la cual tuvo dos hijos. Pero le fue infiel con un periodista y crítico de arte canadiense llamado Robbie Rose, que era abiertamente homosexual. Luego en 1890, estuvo de amoríos con Lord Alfred Bossi Douglas, hijo del marqués de queensberry. Para este entonces, Wilde ya era muy famoso en el país. El escritor derrochó mucho dinero para satisfacer los gustos caros de Bossi pero luego de un tiempo empezaron las peleas entre ellos, y esto llamaba mucho la atención porque discutían en sitios públicos.

 

Juicio

Ante los fuertes rumores de la relación entre ellos, El Marqués de Queensberry tuvo que involucrarse para detener esto, ya que consideraba que el escritor, era una persona que había ensuciado y engañado a su hijo, llevándolo por el mal camino. Wilde prácticamente reforzó los rumores de la gente sobre su homosexualidad con conductas en público como besar a un camarero en un restaurant, y además, cometió el error de no refutar desde el inicio, los argumentos del Marqués sobre la influencia que tenía sobre su hijo. La sociedad victoriana empezó a escandalizarse con algunas de las conductas de Wilde, y esto originó su caída.

 El Marqués siguió acosando a Wilde que reaccionó muy tarde y en forma equivocada, demandándolo por los dichos y mensajes del Marqués. Luego se fue a Montecarlo con Bossi y en su ausencia, los abogados del Marqués hicieron lo suyo, revirtiendo el juicio hacia el escritor, reuniendo pruebas y dejando su homosexualidad en evidencia. Las pruebas contra él eran muy sólidas y Wilde, que se defendió personalmente en el juicio, no pudo hacer nada a pesar de su ironía e intelecto. La novela El Retrato de Dorian Gray fue citado textualmente por los abogados del Marqués situándolo en el contexto de la homosexualidad de Wilde, y haciéndolo ver inmoral hasta en sus escritos.

 

Prisión Y Muerte

 La condena de Wilde en 1895 lo llevó a prisión de inmediato, con el cargo de Indecencia Grave, que para la época era muy inmoral, cumpliendo una pena de dos años de trabajos forzados. En prisión, enfermó de disentería y fue humillado constantemente. Bossi lo abandonó y la sociedad que antes lo admiró, ahora lo despreciaba. Como no lo dejaban escribir prosa o verso en la cárcel, empezó a escribir cartas muy honestas que luego fueron recopiladas en un libro llamado In Profundis. Wilde estaba quebrado económicamente pero Constance lo siguió apoyando, aunque se llevó a sus hijos a Suiza, debido al escrutinio público que recibió su familia por lo que había sucedido. Después de su liberación, vivió el resto de su vida en pobreza, en el exilio en Francia, donde falleció en un hotel barato, el 30 de noviembre de 1900, a causa de una meningitis, a la edad de 46 años. La prensa londinense hizo creer al público que Wilde había muerto de sífilis, en un afán de seguir hundiendo el legado del escritor.

 

6 Frases

Por último, exploraremos 6 frases poderosas de Oscar Wilde. Estas frases irónicas de Oscar Wilde demuestran su maestría en el uso del ingenio y la sátira para cuestionar las convenciones sociales y explorar la complejidad de la vida y la moralidad.

 

"La crítica es el homenaje que el necio paga al talento".

 Con esta cita, Wilde aborda la naturaleza de la crítica y su relación con el talento. Sugiere que la crítica a menudo proviene de la envidia o la incapacidad de comprender y apreciar el genio. Wilde desalienta la crítica superficial y nos anima a reconocer el valor del talento, incluso cuando nos desafía o provoca.

 

"La única manera de librarse de la tentación es caer en ella".

 Oscar Wilde nos sumerge en la paradoja de la tentación y la resistencia. Esta frase sugiere que, en lugar de luchar constantemente contra nuestras tentaciones, a veces es más liberador y auténtico ceder ante ellas. Wilde desafía las nociones convencionales de moralidad y virtud, invitándonos a explorar la vida con un sentido de libertad y autenticidad, aunque eso signifique caer en lo que otros consideran prohibido.

 

"Sé tú mismo; todos los demás ya están tomados".

 Una de las citas más icónicas de Wilde, esta frase destaca su aprecio por la individualidad y la autenticidad. Wilde nos insta a abrazar nuestra singularidad en un mundo que a menudo presiona hacia la conformidad. La ironía sutil aquí reside en la idea de que, al ser uno mismo, uno se destaca más que al intentar ser alguien que no es.

 

“Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir”.

 Esto implica que la vida plena va más allá de la mera existencia y requiere una participación activa y significativa en la experiencia humana. Wilde aboga por una reflexión más profunda sobre el propósito y el significado de la vida, alentando a las personas a cuestionar su propia existencia y a buscar activamente una vida más rica y plena.

 

 “Como no fue genial, no tuvo enemigos”.

 La frase sugiere que la grandeza es un requisito para tener enemigos. Wilde parece entender la grandeza como una cualidad excepcional, ya sea en términos de logros, habilidades o carácter. Por lo tanto, aquellos que no alcanzan la grandeza no atraen la hostilidad de los demás.

 

 “Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado".

 La conformidad no siempre indica la corrección de una idea, y Wilde abraza la divergencia de opiniones como una parte esencial del pensamiento crítico. Fomenta la idea de que la autoexigencia y la revisión constante de las propias ideas son fundamentales para el crecimiento intelectual.

                                                        Oscar Wilde: La Ironía De Las Palabras