La Orquesta Roja: El Contraespionaje Alemàn

Leopold Trepper


La Orquesta Roja era el nombre en clave que utilizaba el contraespionaje alemán para referirse a la red que operaba en Bélgica y Francia dirigida por Leopold Trepper.

Orquesta era un nombre genérico dado a los círculos de espías soviéticos en Alemania. El nombre de "orquesta" viene del nombre "músico" que los soviéticos daban a los radioperadores de telegrafía y Roja era por ser comunistas. Según el escritor Walter Görlitz, los alemanes los llamaban "pianistas." La Orquesta Roja tenía ramificaciones en Bélgica, Holanda, Francia, Suiza, Alemania y Japón. Los miembros alemanes ligados de alguna forma a la Orquesta Roja, dirigidos por Arvid Harnack y Harro Schulze-Boysen no se llamaban a sí mismos Orquesta Roja, ni tenían idea de pertenecer a una organización dirigida desde Moscú con conexiones en seis países. Es decir, eran utilizados por la hábil dirección de la inteligencia soviética.

Y no hay duda, que los informes entregados por la Orquesta Roja a Moscú, causaron por lo menos la muerte de 250 mil soldados del Eje, puesto que les daban a los soviéticos los detalles operativos de esas fuerzas en el Frente del Este. En esas actividades participó Rudolf Roessler, el agente Lucy, que sus amigos consideraban un patriota, pero que en Suiza pasaba información táctica al agente Alexander Rado, alias "Dora" que trabajaba para los suizos y que retransmitían los informes a Moscú.

Por la misma razón, la Abwehr llamó Orquesta Negra a los grupos opositores alemanes que dentro de Alemania estaban organizados como grupos de oposición, pero que no mantenían, o creían, que no mantenían relaciones con los soviéticos.

A finales de 1941, fue descubierta por casualidad, en Bélgica, una red de espionaje soviética. Los servicios de Canaris y Himmler no tuvieron mas remedio que inquietarse por ello. A l cabo de diez u ocho meses de muchas largas investigaciones, se supo que se trataba de la organización mas amplia que se había conocido en toda la historia, fue llamada Rote Kapelle, Orquesta Roja. Esa red cubría todos los territorios ocupados por el Reich e informaba a Moscú – también a Londres – gracias a los interminables puestos de radioemisores, sobre cuanto ocurría en los diversos Estados Mayores de todos los Ejércitos del Reich y en los niveles mas elevados de los ministerios de Asuntos Exteriores, Armamento, Aviación, Economía, Propaganda y Trabajo. Los aliados fueron informados con exactitud sobre las cadenas de montaje de la armas V (Vergeltung: venganza).

Desde que Fíeseles comenzó a fabricar en Cassel las células de aquellos cohetes, la fabrica fue destruida en el transcurso de un bombardeo que además, mato a millares de mujeres y niños. Si las V-1 y V-2 hubieran podido fabricarse seis mases antes, el desembarco de Normandía habría sido imposible. Igualmente conoció el enemigo de los alemanes la existencia de la base de armas V en el Báltico. En la noche del 17 de abril de 1943, los británicos bombardearon Peenemünde. Aquel bombardeo supuso un nuevo retraso de cuatro meses. Igualmente, las rampas de lanzamiento dispuestas en el norte de Francia fueron localizadas y bombardeadas, gracias a los espías a sueldo de los aliados. Por supuesto la Orquesta también estaba introducida en el servicio de contraespionaje alemán – aunque de manera independiente de Canaris y compañía - , mientras misteriosos directores de orquesta informaban a Moscú sobre las intenciones mas secretas del OKW, el OKH y de las del mismo Hitler. Los especialistas terminaron descubriendo setenta y cuatro emisoras de la Orquesta Roja, funcionando las principales en Lieja, Gante, Bruselas, Estambul, Atenas, Belgrado, Ginebra, Viena, Roma, Paris, Ámsterdam, Berlín, Neuchatel, Madrid, Barcelona, Amberes, Estocolmo, Copenhague, Trondheim, Lyón, Marsella y Lille. Mas tarde se descubrió que eran mas de quinientas.

Antes de la guerra, la central de información de Moscú había confiado la organización de aquella red a un espía profesional llamado Leiba Domb, también conocido como Leopold Trepper, Gilbert, Otto y un largo etc. Era un judío polaco, miembro del partido comunista. Ya había pertenecido a otras redes de espionaje soviéticas, como la Fantomas, que operaba desde en Paris en 1932 y uno de cuyos animadores era Jacques Duclos, mas tarde convertido en vicepresidente del Parlamento francés. El 13 de julio de 1940, Duclos publico en L,Humanite improvisada en Paris, un articulo titulado “Fraternidad francoalemana”. Por entonces para Duclos, los nacionalsocialistas no solo eran camaradas sino hermanos. Sin embargo, cuando Hitler ataco a la “Madrecita Rusia” volvieron a convertirse en unos lobos carniceros y Duclos, reanudo su servicio, en el seno de la Orquesta Roja, donde encontró a su antiguo acolito.

Domb, a quien también llamaban “el gran jefe” aunque no merecía tal titulo, había solicitado los servicios de otros correligionarios, que había conocido en las Brigadas Internacionales en España. El “gran jefe” necesitaba encubrir sus oscuras actividades, escogió un negocio de impermeables. El director comercial de aquel reino era el ingenuo Jules Jaspar, hermano del antiguo presidente del Consejo belga. Mas tarde, en 1943, Domb obtendría falsa documentación de Claude Spaak, hermano del estadista campeón de la OTAN.

En Paris operaban otros judíos, Sobelsohn, Henry Robinson y Abraham Reichmanl, funcionarios del Komintern. La Orquesta estaba firmemente instalada junto a los Campos Elíseos, encubierta por una firma comercial, la Simex, que vendía coñac y estufas a las tropas de ocupación alemanas. En aquel momento Domb se convirtió también en rey del mercado negro. Trataba con magnificencia a ciertos jefes de la organización alemana Todt. La Orquesta también tenia un músico en la rue de Lille, en la embajada de Alemania: Margarethe Hoffman – Scholz, sobrina del coronel Hartog, oficial del Estado Mayor del general Heinrich Von Stülpnagel, Militärbefehlshaber en Francia.

Domb disponía en Paris de unas treinta emisoras que operaban de tres en tres. Se transmitía primero de uno, mas tarde de otro y por ultimo de otro.
Una red paralela funcionaba cerca de Lucerna, en Suiza, bajo el control de un israelita húngaro llamado Alejandro Radolfi, llamado Rado, que tenia como principal enlace a un teólogo bavaro llamado Rudolf Roessler alias Lucio. Aquel Roessler trabajaba también para el jefe de información suiza, el coronel Masson, que se hallaba, como es lógico, en contacto con Walter Schelenberg, que pronto seria sucesor de Canaris. Mas tarde el coronel Masson declararía que “los aliados y en especial los agregados militares estaban al corriente de toda aquella red.” Por supuesto, quien puede dudar algo así a estas alturas.

El idealista Roessler no trabajaba gratis. Tenia un sueldo fijo de ¡7.000! francos suizos! – enorme cantidad – mas los gastos y las primas. Hasta el 21 de junio de 1941, la red de Radolfi recibía fondos de Dekanozov, embajador soviético en Berlín. Mas tarde los rusos enviaron los fondos a un banco americano que los giraba a una banca suiza, a nombre de un comerciante americano. Los fondos eran considerables, pero americanos y suizos cerraron los ojos.

Roessler tenia otros agentes a su servicio; un ingles llamado Alexander Foote (que en 1947 se paso al servicio secreto británico), un judío lituano de nombre Isaac y algunos suizos, entre los que se encontraba el jefe del partido comunista suizo, León Nicolle. También acogió a algunos espías de la red parisiense. En el seno del cuartel general de Hitler, dos grupos de espías, “Werther” y “Olga” les informaban directamente, cosa que les permitía transmitir a Moscú, en un tiempo record, informaciones de extrema importancia.

Rudolf Roessler


Hitler tenia a su lado un general rojo “Werther” que representaba al OKW y a otro general rojo “Olga” que representaba al OKH; a menos que fuera lo contrario. En La guerra se gano en Suiza, P.Quet y Accoce escriben: “Durante mas de un mes no transcurrían mas de diez horas entre el momento en que se tomaba una decisión en el OKW y se conocía aquella orden en Moscú. En una ocasión, inclusive el plazo se vio reducido a seis horas.” También afirman que la Orquesta tenia una docena de informadores en el OKW, entre los que había dos generales y un coronel.

Tras la guerra, Roessler, buen funcionario soviético, permaneció en Suiza por prudencia. Aquel hombre totalmente antihitleriano, continuo su servicio hacia Moscú hasta mucho después del final de la guerra. Al carecer de cobertura oficial fue detenido y en condenado en 1953 a un año de cárcel por espionaje a favor de la URSS.

Radolfi fue repatriado a la URSS en 1945, vía El Cairo. Tan contento estaba el muchacho de regresar a Moscú que trato de huir y fue difícilmente detenido por el NKVD y condenado a muerte. Hay quien dice que fue ejecutado, otros que después de doce penosos años en Siberia, enseñó la asignatura de geografía en Budapest.

Los músicos berlineses eran: Harro Schulze – Boysen, teniente coronel de la Luftwaffe; Arvid Harnack, economista distinguido que ocupaba un importante puesto en el Ministerio de Economía. Un dramaturgo llamado Adam Kuckhoff, presidente de la sociedad Prag – Film. Como pueden ver, aquí se deja el reino del impermeable y las perolas por el gran mundo.

Sobrino – nieto del gran almirante Tirpitz, Harro Schuze – Boysen había contraído matrimonio en 1936 con Libertas Haas – Haye, nieta del príncipe Felipe Von Bulenburg. La joven trabajaba para Goebbels. Göring había sido testigo de boda y Schulze había conseguido un ascenso meteórico en el Instituto de Investigaciones Hermann Göring.

Arvid Harnack era miembro del partido comunista desde 1919. Becario del instituto Rockefeller en 1917, contrajo matrimonio en Estados Unidos con una joven israelita, profesora de letras, Mildred Fish, con la que regreso a Alemania. Amigo personal de Kuusinen y de Piatnisky, Harnack era en 1939 el miembro mas activo de la delegación alemana que firmo en Moscú los acuerdos comerciales que abrieron paso al pacto germano – soviético. En resumen: Harnack seguía colaborando con Stalin.

Por intermedio de Mildred Harnack que le enseñaba ingles por iniciativa de Schulze – Boysen, se recluto al teniente Herbert Gollnow. Este se convirtió en uno de los miembros mas activos de la Orquesta en Berlín desde su puesto en el Estado mayor del contraespionaje del Ministerio del Aire. Los Schulze – Boysen eran íntimos del escritor Ernst Von Salomón y de su mujer. Entre los miembros de la Orquesta en Berlín debemos citar a un diplomático, Rudolf Von Scheliha, que cobraba gigantescas cantidades de dinero, soviético y del Intelligence Service británico.

Además esta Ilse Stöme, del Servicio de información de Asuntos Extranjeros; la condesa Erika Von Buckdorf que “trabajaba” en el Ministerio de Trabajo, el coronel de la Luftwaffe Erwin Gras y Horts Helmamm, que operaba en la oficina de claves del contraespionaje. También añadiré a la bailarina Olga Schottmüller y la vidente Anna Krause.

No se encontraba entre ellos ningún obrero ni campesino, ni representante de la burguesía, sino un puñado de aristocráticos, y algunos intelectuales judeomaxistas. Hitler reacciono duramente contra aquella elite, de 1934 a 1938, que se entregaba a los libertinajes mas repugnantes mientras el pueblo alemán trabajaba. En la presente ocasión fue implacable y rodaron las cabezas de los jefes y principales culpables. Todos aquellos sucios personajes no tuvieron reparos en rodearse de una camarilla de la mas baja estofa moral de Berlín. Sus personalidades y sus aficiones son muy reveladoras, Mildred y Libertas mantenían relaciones sexuales entre si y organizaban orgías con el teniente Gollnow. Y parece ser que el bueno de Harro era un retorcido pederasta... Que semejantes individuos pretendieran regenerar Alemania y liberarla de la “barbarie nazi” haría morir de risa si la acción de aquel grupo un hubiera tenido consecuencias tan funestas para centenares de millares de los valerosos soldados alemanes. Hitler confesó que cuando pensaba que los miembros de aquella pandilla, se entregaban a las orgías mas degradantes, mientras los combatientes daban su vida y su sangre para proteger a la vieja Europa del yugo bolchevique, no podía evitar la vergüenza de que seres tan sucios e inmorales pudieran llamarse alemanes.

Por ello, Hitler ordeno que no se publicara una sola palabra sobre la Orquesta Roja. Solamente en Alemania se detuvo a un centenar de músicos rojos; algunos trabajaban al parecer para el SD (una rama de las SS) o el contraespionaje aleman. Igual ocurrió en el extranjero. Para estos seres la palabra traición no existe y carecen de honor. Es de temer que los servicios de contraespionaje alemanes, al creer que se servían de los agentes de la Orquesta Roja en 1943 – 1944, prestaron una ayuda inestimable al Kremlin.

Domb no era un jefe, ni mucho menos. El y Radolfi no eran mas que simples buzones comunicantes. El verdadero director de orquesta sigue siendo desconocido. Al principio, aunque las comunicaciones de Domb coincidían con las de Sorge, el Centro pareció desconfiado. El 10 de agosto de 1941, Radolfi engaño muy involuntariamente a Stalin, al comunicarle los planes del Estado Mayor de Hitler y no los del propio Adolf. Evidentemente, la “manía” de Hitler de modificar todas sus directrices – algo que según los historiadores de hoy día prueba que Hitler estaba rematadamente loco – produjo una perturbación en Stalin y la Stavka. Tenemos que convenir claro esta en que a Hitler no le faltaban razones para ser desconfiado. Sea como fuere, el Centro no tardo en confiar en la Orquesta: los informes procedentes de Berlín y Ginebra procedían de fuentes tan fiables como los procedentes de Tokio. Stalin sabia muy bien eso y lo tuvo muy en cuanta.

Moscú fue informado de manera muy precisa, y a partir de junio de 1941, sobre las perdidas alemanas en hombres y material, la producción bélica alemana; las nuevas armas que se preparaban, los movimientos ordenados a las tropas, así como las intenciones de la diplomacia, la mentalidad de los generales alemanes y temas particulares sobre la propaganda alemana.

Stalin supo que la invasión de la URSS comenzaría entre el 10 y el 22 de junio: lo supo por Tokio, Bruselas, Paris, Berlín, Lucerna e incluso por... Londres. Se difundieron cerca de 2.600 mensajes, todos ellos de vital importancia, sin contar los otros, remitidos sobre todo vía Bruselas, Paris, Ámsterdam, Berlín y Lucerna. Gracias a Radolfi, la Stavka supo a partir del 16 de septiembre de 1941 que Hitler no tenia intención de ordenar el asalto final a Leningrado y deseaba concentrar sus esfuerzos hacia el Sur. ¡Desde el 12 de noviembre!, la Orquesta Roja había prevenido al Kremlin de la existencia de la Operación Azul numero 3 concerniente al ataque alemán de primavera de 1942 en dirección a los petróleos del Caucaso. Mas adelante, se comunico de manera regular el orden de batalla alemán con todo detalle. Es un milagro que el Ejercito Rojo no llegara a Berlín a mediados de 1942.

El 30 de junio, se detuvo a un importante músico de la Orquesta, cerca de Berlín, el transmisor de radio Wenzel. Gracias a el, por fin se pudo acceder a ciertos informes, que una vez descifrados le helaron la sangre a Hitler: Allí, ante sus ojos pudo ver la prueba de que los rusos conocía desde hacia seis meses su intención de atacar hacia el Caucaso. además, el 19 de junio de 1942, el comandante Reichel, perteneciente al Estado Mayor de la 23 División Blindada había desaparecido con todos los mapas y el dispositivo de la Operación Azul. Reichel salió en misión de inspección. ¿¡Con todo el plan!? Quizás tenia miedo de perderlo. Pero no lo perdió, después de un ataque de las fuerzas alemanas, se descubrió el Fieseler – Storch en el que Reichel había realizado su “accidentado vuelo de inspección”, lo mas curioso es que el aparato estaba intacto. El deposito de gasolina aparecía atravesado por una bala. Bajo un árbol se encontraban dos cadáveres tan desfigurados que fue imposible identificarlos con los de Reichel y su piloto, además estaban sin uniforme. ¿Por qué estaban desfigurados los cadáveres? Pueden sacar sus conclusiones.

Lo único que importaba en aquel momento es que los rusos tenían los planes alemanes para la ofensiva de verano y podía comprobar con exactitud los informes de la Orquesta. Sin embargo Hitler había ordenado de manera formal de no llevar nunca en el transporte de una misión, por urgente que fuera, los planes e indicaciones procedentes del Gran Cuartel general. Todo debía comunicarse de manera verbal. Hitler tenia buenos motivos para actuar así. Ya el 10 de enero de 1940, el comandante Helmuth von Reiberger, oficial de enlace del OKH, encargado de transmitir el plan de la ofensiva en el Oeste al general Bock se procuro también un Fieseler – Storch y aterrizo en Bélgica. Todo el plan Amarillo fue comunicado con exactitud al general Gamelin por los belgas, lo que obligo a Hitler a cambiar todo el dispositivo y a retrasar cinco meses el comienzo de la ofensiva. El 10 de enero, Reinberger hubiera tenido que tomar el tren. Se supo que lo perdió por que había bebido demasiado. ¡Menuda excusa! Da que pensar tanta estupidez por parte de un oficial del Estado Mayor encargado de una misión tan importante pero a la vez tan sencilla.

Nadie supo explicarle a Hitler cual era la misión del comandante Reichel, ni por qué tenia en su cartera documentos de interés vital. Los superiores de este, el teniente coronel Franz y el general Stumme fueron condenados severamente por un consejo de guerra que presidio Göring. Fueron perdonados por su pasado glorioso. El general Stumme murió de forma honorable en El Alamein, el 24 de octubre de 1942. así tuvo la fortuna de no presenciar el desastre de Stalingrado. Puesto que fue Stalingrado el punto y final de la Operación Azul. Gracias a la Orquesta Roja los rusos esperaban en Stalingrado y se comportaron, como ahora verán, como si conocieran todas las intenciones alemanas.

En el Gran Cuartel, el 2 de julio se supo que la Orquesta Roja había avisado a Moscú. El mariscal Von Bock y sobre todo el general Paulus, jefe del VI Ejercito, insistieron para que prosiguiera la Operación Azul a pesar de la inexplicable aventura del comandante Reichel.

Este tipo de batallas comienzan en los despachos, donde se trazan los planes y se organizan los ataques. En el curso de una operación de gran tamaño como aquella, el jefe de una pequeña unidad autónoma es fácil que cambie de idea: detenga a sus hombres o ataque al enemigo de diferentes maneras. Cuando una gran ofensiva se prepara y se desencadena, resulta muy difícil modificar la marcha de las unidades y es imposible detenerlas. Tanto lo ejércitos, como los cuerpos de ejércitos así como las divisiones forman un conjunto articulado según un plan general de maniobras que en aquellos momentos ha puesto ya en acción, en la retaguardia, millares de camiones y de trenes, miles de personas no combatientes. El jefe tiene obligación de prevenirlo todo. Hitler lo había previsto todo, excepto la traición. Hitler seguía una partida de póquer en la que su adversario conocía todas sus cartas.

En cuanto a Domb, fue detenido en Paris por la policía alemana en casa de su dentista. La SD decidió servirse de el. Se evadió en condiciones inverosímiles en septiembre de 1943, entrando por una puerta de la farmacia Bailly – ante la estación de Saint Lazaire – y saliendo tranquilamente por la otra, lo que prueba que era objeto de una “vigilancia muy estrecha”. Cuando regreso a Moscú en enero de 1945, el presunto “gran jefe” fue condenado a quince años de cárcel y cumplió diez en Lubianska.

Harro Schulze-Boysen y su esposa


Cualquier jefe militar, por ingenioso y grande que sea puede ganar una guerra si su enemigo conoce sus intenciones. A continuación podrán leer algunos mensajes de la Orquesta Roja. Primero este enviado el 1 de mayo de 1940:

“Ataque el 10 de mayo en la brecha de Sedan. Plan amarillo mantenido. Cincuenta divisiones en las fronteras belga y holandesa. Guderian y Hoth dispuestos a atacar Sedan.”

Entre el 11 y el 15 de marzo de 1941, Moscú es informado por la Orquesta Roja de la Operación Barbarroja con el siguiente mensaje del 12 de junio:

“Ataque general contra los territorios ocupados por la URSS: domingo 22 de junio, 3 h. 15.”

Exactamente el día y la hora a la que se produjo el ataque, no se puede ser mas preciso. Moscú respondió: “Comprendido”. Mas tarde Werther y Olga serian felicitados por su gran labor.

De esta manera nadie que haya leído esto jamás podrá volver a pensar que a la URSS se la cogió por sorpresa. El interés de los soviéticos era persuadir al mundo de la información que no creían en un ataque alemán.

Casi un año mas tarde, el 14 de abril de 1942, llego a manos de Roessler el plan completo de “la orden nº41, ultrasecreta” de Hitler, es decir, la Operación Azul sobre Voronezh, el Caucaso y Stalingrado y Moscú fue informado sin perdida de tiempo.

La Orquesta Roja fue desmantelada por la Gestapo el 31 de agosto de 1942. Se hicieron más de 600 arrestos en Bruselas, París y Berlín. Entre los arrestados había miembros de la Abwehr, Ministerio de Propaganda, Ministerio del Trabajo, Ministerio del Exterior y la oficina administrativa de la ciudad de Berlín. Los procesos judiciales se llevaron a cabo en Berlín en el más estricto secreto y como consecuencia de ello, hubo 58 condenas a muerte y muchas otras a prisión perpetua. Los métodos policiales usados en ese caso, no diferían de los empleados en cualquier otro proceso de investigación en contra de los enemigos del Estado.

Una vez terminada la guerra, los Aliados se interesaron en la "Orquesta Roja" e investigaron el proceso de captura, interrogatorios, torturas, juicios y sentencias de los miembros de la famosa organización. Sin embargo, en este caso, no tomaron ninguna acción contra los miembros de la Gestapo, SD, SS o Abwehr, sino más bien utilizaron toda la información que recolectaron para utilizarla contra la, hasta entonces, aliada URSS. La Guerra Fría estaba por delante, y más importante era, usar la información sobre el espionaje soviético, que hacerlo público en un juicio. Como se sabe, incluso llegaron a contratar los servicios de agentes alemanes de los servicios secretos de Reich.

Leopold Trepper



Lejb Domb, mas conocido por Leopold Trepper, su "nombre de batalla", célebre espía, jefe de la amplia red de espionaje soviética la Orquesta Roja durante la segunda guerra mundial, murió a los 77 años de edad, en Jerusalén, y fué enterrado en el gran cementerio del monte Herzl. El almirante Canaris, jefe de los servicios secretos militares alemanes, dijo de él: "Su actuación costó mas de 300.000 muertos a Alemania". "Ganó prácticamente él solo la guerra".

Un hombre mayor y discreto, con el aspecto de un jubilado aburrido y cuyo rostro expresaba una paciencia sin límites, haciendo cola en la ventanilla de su banco en la céntrica calle de Jaffa, en Jerusalén, este es el último recuerdo que conservarán sus vecinos de uno de los mas famosos agentes secretos de la historia del espionaje.Nacido en 1904 en una familia judía de Novy Tard, pueblo de la región de Galitzia, antes polaca y ahora mayoritariamente soviética, se adhirió, aún adolescente, al movimiento de las juventudes sionistas Hachomer Hatzair, y con tan sólo veinte años emigró a Palestina, entonces bajo el mandato británico, donde contribuyó a fundar el grupo comunista Unidad que preconizaba la unidad de, acción de judíos y árabes "principio básico de la paz en Oriente Próximo", según sus propias palabras.

Expulsado por los británicos de Palestina en 1929, pasa tres años en Francia, donde milita en un grupo de comunistas extranjeros, antes de viajar a Moscú bajo el pretexto de estudiar en una universidad especializada, pero, en realidad, para entrevistarse con el jefe de los servicios de información del ejército soviético.

En los años que preceden a la segunda mundial, funda en Bruselas la temible Orquesta Roja, cuyos músicos enviarán a Moscú, a partir de la entrada en guerra de la Unión Soviética en 1941, más de 2.000 despachos de gran importancia redactados por "290 agentes que no eran espías profesionales, sino furibundos antinazis de diversas nacionalidades".

Uno de ellos anunciaba a José Stalin la fecha exacta de la entrada en guerra de Alemania contra la URSS: en la madrugada del domingo 22 de junio. Pero Stalin no lo creyó.

De esta época de su vida Trepper escribió en sus memorias El Gran juego, publicadas en 1975, "la tragedia me esperaba en cada esquina, el peligro era mi compañero más fiel, pero si tuviese que volverlo a hacer, lo haría con gusto".

En 1945, al final de la segunda guerra mundial, es repatriado, como todos los demás espías soviéticos que trabajaron en Europa occidental, y recibido en Moscú con todos los honores por importantes personalidades que, nada más felicitarle, le envían a la cárcel de Lubianka y a otros lugares de detención, donde permanecerá diez años hasta ser declarado inocente y puesto en libertad.

Trepper volvió entonces a su país de origen, Polonia, en cuya capital residirá veinte años y asumirá la presidencia de la Asociación Cultural Judía. Pero en octubre de 1973, cuando las autoridades polacas le retiran su pasaporte, amenaza con suicidarse si no es autorizado a abandonar el país, lo que conseguirá tres años después, en 1976.

Desde entonces vivía con su esposa y valiente compañera Liuba, de 74 años de edad, en un modesto apartamento de tres habitaciones en las afueras de Jerusalén, ciudad en la que también reside uno de sus tres hijos.

Con todos aquellos que le abordaban en la calle, Trepper se creía en el deber de hablar de política para advertirles que "la tercera guerra mundial ha empezado ya". El intrépido espía soviético no opinaba, según su viuda, "nada positivo" de la actual política del Kremlin, y "se había solidarizado con el movimiento progresista en Polonia, por lo que la reciente toma del poder por el Ejército le decepcionó".

A Leopold Trepper le hubiese gustado escribir un último libro, Mi testamento político, pero la enfermedad que contrajo en las celdas estalinistas le impidió realizar su deseo. Por eso su viuda promete ahora nuevas revelaciones sobre la Orquesta Roja para dentro de poco.