Un manifestante cuelga un cartel de protesta en la embajada de Perú en Bogotá (Colombia).
Las protestas indígenas contra las explotaciones de gas y petróleo han estallado y hay decenas de muertos, entre polícías y nativos. El Gobierno y los grupos que apoyan a las comunidades de la zona difieren en el número de víctimas y en las causas de la crisis. El líder indígena se ha refugiado en la embajada de Nicaragua.
La región amazónica de Perú se encontraba en toque de queda desde este lunes tras unos violentos enfrentamientos entre la policía y grupos indígenas que se saldaron el pasado viernes con la muerte de 23 agentes y, al menos, 9 civiles, aunque el número de víctimas mortales entre estos últimos seguía siendo indeterminado (el Gobierno mantiene que sólo tiene constancia de 9, pero la principal organización indígena, Aidesep, habla de "entre 30 y 40").
La ONG Amazon Watch, comprometida con los derechos de los pueblos indígenas, ha denunciado que la policía está haciendo desaparecer cadáveres de nativos con el fin de minimizar el número de víctimas, algo que el Gobierno peruano niega tajantemente.
Las autoridades peruanas realizaron este mismo lunes una infructuosa búsqueda en la remota comunidad de Jorobamba, en el norte del país, después de denunciarse la existencia de una fosa común con los cuerpos de unos 15 nativos que participaron en los violentos enfrentamientos del viernes.
Mientras, Alberto Pizango, el líder indígena que se encontraba en paradero desconocido desde el viernes, convertido desde entonces en el hombre más buscado del país, se ha refugiado en la embajada de Nicaragua en Lima, según informó este lunes el primer ministro de Perú, Yehude Simon. El Gobierno acusa a Pizango de ser el principal instigador de los enfrentamientos.
La Organización Indígena de Colombia, por su parte, se manifestó este lunes ante la embajada peruana en Bogotá para rechazar "el asesinato de nuestros hermanos" y consideraron la acción del Gobierno peruano como "una masacre y una violación flagrante a la vida de los pueblos indígenas".
Éstas son las principales claves de la crisis, la más violenta que vive el país desde las actividades de Sendero Luminoso en los años noventa:
¿Cual es el origen del conflicto?
En 2008, el presidente peruano, Alan García, promulgó una serie de decretos en el marco del Tratado de Libre Comercio entre el país sudamericano y EE UU. Estos decretos regulan la explotación de los recursos forestales e hídricos en la región de la Amazonía, y permiten a compañías extranjeras (entre ellas, Repsol, Perenco o Petrobas) buscar gas y petróleo en tierras que los indígenas consideran suyas desde tiempos ancestrales.
Cerca del 70% del Amazonas peruano está dividido en concesiones para explotaciones de gas y petróleo.
¿Qué argumentan los indígenas?
Consideran que los decretos del Gobierno suponen una privatización de estas tierras, y entienden, además, que se está atentando contra su derecho a ser consultados, un derecho incluido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales, así como la declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas, ambos suscritos por Perú.
¿Cuál es la postura del Gobierno?
Mantiene que los decretos aprobados garantizan los 12 millones de hectáreas concedidas a las etnias amazónicas, y que son necesarios para atraer la inversión y estimular la economía. También acusa a los organizadores de las protestas de "manipular" a los nativos.
Alán García ha señalado que detrás de los disturbios están "potencias extranjeras" que compiten por la explotación de petróleo, gas y minerales, en lo que se ha considerado una alusión a Venezuela y Bolivia.
¿Cuándo empezaron las protestas?
Las protestas comenzaron el pasado 9 de abril, pero no estallaron de forma violenta hasta principios de junio.
¿Dónde?
En el norte de Perú, concretamente, en las provincias de Utcubamba y Bagua, dentro del estado de Amazonas.
¿Cómo han sido las protestas hasta ahora?
Los indígenas han bloqueado varios ríos, algunos de ellos utilizados para transportar maquinaria por las compañías que operan en la zona. También han cerrado el paso en caminos y pistas de aterrizaje y han ocupado estaciones de bombeo de oleoductos.
¿Qué pasó el viernes?
La violencia se desató cuando la policía intentaba dispersar un bloqueo en el estrecho camino llamado Curva del Diablo', en la localidad de Bagua Grande, unos 1.400 kilómetros al norte de Lima.
Los líderes indígenas hablaban de al menos 22 manifestantes muertos antes de la operación policial. Varios policías fueron tomados como rehenes. El Gobierno contabilizó después 23 agentes y 9 civiles muertos. Al menos 100 personas resultaron heridas.
Alrededor de 8.500 indígenas, la mayoría hombres y algunos jóvenes, durmieron a un lado de la carretera y junto a las montañas en carpas artesanales armadas con palos, telas y plásticos.
¿En qué condiciones viven los nativos?
Las comunidades de la Amazonía peruana, que viven en zonas muy remotas, han denunciado en diversas oportunidades la situación de pobreza y abandono, así como la contaminación de sus aguas y el impacto en su salud, además de la deforestación de sus tierras como consecuencia de la explotación de los recursos en sus territorios.
¿Qué evidencia esta crisis?
Por un lado, las profundas divisiones sociales existentes en Perú entre la elite adinerada de Lima y los grupos indígenas pobres que viven en las zonas rurales. Por otro, la falta de control del Gobierno central sobre las regiones más remotas del país.