La Hamburguesa del Presidente



Barack Obama come en un 'burger' de Virginia con el vicepresidente Biden

Por si su alta popularidad estaba en riesgo tras cenar con su mujer el pasado viernes en el restaurante, quizá, más caro de Washington (La Citronelle, de Michel Richard) cuando el paro sigue su escalada hasta el aterrador 10% y crece el número de familias norteamericanas que acude a los comedores sociales, el presidente de EE UU ha querido dejar claro que sigue "en contacto con la gente". "Joe, ¿qué tal si vamos a comer unas hamburguesas?", debió preguntar Barack Obama a su número dos, el vicepresidente Joe Biden.

Dicho y hecho. El hombre más poderoso del planeta y el que le sigue en ese escalafón se subieron a la bestia -como es conocido el coche que transporta a Obama, cercano a un búnker- y cruzaron el Potomac para llegar a Arlington (Virginia) y aparcar en la puerta de Ray's Hell Burger. Como si de dos tipos corrientes se tratara -obviemos el servicio secreto y quizá los agentes camuflados que habría en los fogones-, consultaron el menú y se dieron a la famosa hamburguesa de Ray's de 10 onzas (más de cuarto de kilo). "Sin ketchup. Lechuga y tomate", pidió el presidente. Biden se atrevió con la cheeseburger de jalapeños, con ketchup. Al pagar, ambos echaron mano a sus bolsillos. Y ante la sorpresa y alivio del encargado del establecimiento, Tim Murray, los dos tenían suficiente dinero en efectivo para pagar. "Hubiera sido terrible tener que decirle al presidente que no aceptamos tarjetas y que tenía que ir a un cajero", se explicó Murray. Obama pagó su comida y, claro, dejó propina.