Descubren la estatuilla humana más antigua del mundo, de hace unos 40.000 años



La figura tiene muy marcados los órganos genitales, mientras que presenta una cabeza y brazos muy pequeños.

Mide tan sólo 6 centímetros y está tallada en marfil de mamut. La hallaron rota en seis partes cerca de una cueva. Afirman que es una representación artística de la fertilidad.

A las venus más famosas del la historia del arte, la de Willendorg y la de Milo, les ha salido una dura competidora. Es mucho más pequeña (6 centímetros de longitud) pero tiene algo que las otras dos no van a poder superar: se trata de la estatuilla humana más antigua hallada hasta el momento, ya que tiene unos 40.000 años de antigüedad a sus espaldas.

Un equipo de arqueólogos alemanes ha sido el responsable del hallazgo, en la región alemana de Danubio-Alb, de esta figura con senos y vulva desproporcionados y tallada en marfil de mamut.

Este descubrimiento ofrece una nueva luz sobre las primeras expresiones artísticas del hombre primitivo en Europa y posiblemente en el mundo, como indicó este miércoles Nicholas Conard, profesor de arqueología de la Universidad de Tubinga y responsable de las excavaciones.

La venus estaba rota en seis partes cuando la encontraron, a unos 20 metros de distancia de la boca de la cueva de Hohle Fels, y le faltan el brazo y hombro izquierdos, aunque esperan encontrar los fragmentos que faltan.

Brazos y cabeza pequeños

El gran tamaño de los senos y vulva contrasta con la pequeñez de sus brazos, piernas y cabeza. Un pequeño orificio en la pequeña cabeza hace pensar que la figura, cuyos fragmentos se han unido con una resina sintética, fue llevada colgada del cuello.
Pudo ser objeto de algún tipo de culto o ritual

Los arqueólogos no dudan de que la nueva venus europea es una representación artística de la fertilidad y que pudo ser objeto de algún tipo de culto o ritual, aunque su uso final es un misterio.

La figura confirma que el hombre prehistórico no solo tallaba figuras de animales, sino también humanas al principio del periodo auriñaciense, algo que ha resultado una sorpresa.

Nicholas Conard no descarta por ello que en la región al sur de Alemania hubiese vivido hace 40.000 años el primer grupo humano con una cultura propia.