Post-Rock, la innovaciòn en el rock

Uno de los miembros de Sigur Rós, durante un concierto.


Post-rock. Una etiqueta controvertida y un inmenso cajón de sastre para clasificar la música de bandas muy diferentes.La experimentación, el inconformismo y la búsqueda de nuevas fronteras son rasgos comunes en bandas de post-rock. Mogwai, Tortoise o Sigur Rós.. ¿qué demonios es el post-rock?

Video: Sigur Rós - Olsen Olsen



Lo senderos del rock son inescrutables. Y sin embargo, siempre hay quien se encarga de agruparlos, ponerles una etiqueta y meterlos en un cajón. Nada puede quedar sin archivar: va contra las reglas elementales de la propia comunicación. Hay que saber de qué se habla para entenderse, aunque a veces crear una etiqueta conlleve incurrir en una gran paradoja y un arriesgado simplismo.

Simon Reynolds no pensó en nada de eso. O no quiso pensarlo. Cuando, en marzo de 1994, el célebre crítico musical británico se enfrentó a la temida hoja en blanco, tenía que dar con una forma de describir el complejo universo sonoro de Hex, el anguloso nuevo disco de los londinenses Bark Psychosis. Y lo encontró: post-rock. Un supuesto género que, en sus propias palabras, "emplea los instrumentos del rock con propósitos muy alejados de los habituales en el género".
La experimentación, el inconformismo y la búsqueda de nuevas fronteras son rasgos comunes en bandas de post-rock

La de Reynolds fue una definición tan amplia como carente de utilidad práctica. Pero salió adelante, pese a ser rechazado por la mayoría de las bandas que supuestamente conformaban la escena. Hoy en día, el calificativo post-rock se emplea constantemente para referirse a propuestas que, si algo tienen en común, es precisamente su afán por huir de cualquier tipo de corsé estilístico.

La experimentación, el inconformismo y la búsqueda de nuevas fronteras son rasgos comunes en bandas como Do May Say Think, The Appleseed Cast , Battles, Mono, Piano Magic y un largo etcétera. También, y salvo contadas excepciones, la ausencia de voces. Porque si de algo se trata es de transmitir sensaciones a través de la música. "Toda la potencia, textura y variación de la atmósfera viene sólo de los instrumentos", explica el escritor escocés Ian Rankin a propósito del último disco de los escoceses Mogwai. "No hacen falta palabras", apostilla.

Existen más elementos comunes en muchas de estas bandas. La suya es una manera cerebral de entender la música. Armonías trabajadas, desarrollos complejos y acordes alejados de cánones habituales. Paisajes sonoros que toman libremente elementos del jazz, el krautrock, el folk, la música electrónica, el rock progresivo o el dub. No existen límites. Y cada cual escoge los ingredientes para conformar su propio cóctel sónico.

Un éxito sorprendente

Partiendo de preceptos tan alejadosde lo comercial, nadie apostaría por el éxito de un género con las coordenadas del post-rock. En los noventa fue un fenómeno minoritario que dejó para el recuerdo discos como Spiderland, de Slint, o Laughing Stock, de la que años antes fue banda puntera de los nuevos románticos, Talk Talk. Pero llegó el nuevo milenio y, con él, la inesperada repercusión de grupos como Hope of the States, Mogwai, Tortoise o los islandeses Sigur Rós.

¿Nos inventamos un idioma?

Sigur Rós son, con permiso de Björk, los grandes embajadores de la música islandesa. Entre las múltiples peculiaridades de su sonido se encuentra el hopelandic, un idioma inventado por ellos mismos y en el que su vocalista y guitarra, Jón Thór Birgisson, canta algunos de los temas. En palabras del grupo no es otra cosa que "un galimatías". Para raros, ellos.

¿Y después, qué? ¿Post-post-rock? Quién sabe. Los senderos del rock son inescrutables. Y ya habrá quien los meta en el cajón que les corresponda, aun a riesgo de incurrir en una nueva paradoja.