El reto que enfrentan los videoclips musicales

Thriller, de Michael Jackson


Movió cifras millonarias en los años ochenta. En la década de los noventa se perfeccionó. Ahora se enfrenta al reto que supone Internet.

Lo profetizaron The Buggles en 1981: Video killed the radio star (el vídeo mató a la estrella de la radio). Y así fue. Al menos, en gran parte. Con una fina ironía y una colorida estética, su vídeo mostraba el declive de una vieja estrella radiofónica en pro del nuevo formato. Por algo fue el escogido para ser el primero en emitirse en la recién nacida MTV. Llegaba una nueva era.

Los ochenta. Pelo cardado, hombreras, sintetizadores... y videoclips. La cultura de la imagen se imponía con fuerza en cada esquina. La MTV introdujo los videoclips en colegios y bares, buscando captar a la audiencia más joven. Y las grandes bandas y solistas ponían especial interés en acompañar cada single con imágenes en movimiento cuidadas hasta el más mínimo detalle.

Si hay una figura que supo aprovechar como nadie el potencial de la imagen, ésa fue la de Michael Jackson. Con vídeos inolvidables como Beat it, Dangerous, Bad o Thriller (considerado unánimemente el mejor de la historia), el Rey del Pop logró convertirse en todo un icono mediático.

Los noventa son considerados por muchos como la era dorada del videoclip. La tecnología abrió un inmenso abanico de posibilidades para directores como Michael Gondry, Chris Cunningham o Spike Jonze, que se forjaron un nombre propio en el género gracias a sus excepcionales trabajos para Björk, Red Hot Chili Peppers, Beastie Boys, The Chemical Brothers, Aphex Twin y Daft Punk.

El reto del nuevo milenio

La irrupción de Internet no sólo ha afectado a las ventas de discos. Los videoclips y su difusión también han sufrido un considerable impacto: la MTV ha reducido drásticamente la programación de vídeos, en favor de programas de entretenimiento de todo tipo, y muchas de las cadenas que ofrecían vídeos musicales han visto reducida su presencia a la televisión por cable. Algunos, sin embargo, ven el futuro con optimismo.

"Los videoclips siguen siendo tan importantes como siempre", apunta Diego Torán, director artístico de EMI. "De hecho, Internet los ha democratizado: ya no hacen falta presupuestos millonarios ni grabar en cine. Basta una cámara mini DV y una buena idea. Y para verlo no hay que esperar a que lo echen".

El futuro, sin embargo, parece abocado a un paso que, de momento, está por darse: "Llegará un día en que los artistas cobren derechos por cada clic en sus vídeos de YouTube", apunta Torán, "así, el dinero revertirá en el trabajo de los realizadores. Y ese momento llegará, seguro".

Los más caros de todos los tiempos

Video: 30 Seconds To Mars - From Yesterday



Ni Michael Jackson, ni Madonna, ni U2. El videoclip más caro de la historia lo grabó el grupo californiano 30 Seconds to Mars, liderado por el actor Jared Leto. From Yesterday, de 2006, costó 13 millones de dólares (más de 10 millones de euros) y se inspiró en la dinastía china con más de 1.000 extras y una factura cinematográfica. Le siguen Scream, el tema que grabó el Rey del Pop con su hermana Janet Jackson (5,5 millones de euros), y Victory, del rapero Puff Daddy junto a Notorious Big, con 2,1 millones.

Cinco vídeos que hicieron historia

'Bohemian Rhapsody', de Queen: Lanzado en 1975, se considera el primer videoclip de la historia. Alternaba imágenes del grupo tocando con planos de sus rostros junto a efectivos (y algo rudimentarios) juegos de luces.

'Thriller', de Michael Jackson : Significó un antes y un después en la historia de los videoclips. Emitido por primera vez en diciembre de 1983, sus 14 minutos de duración lo convirtieron en el más largo hecho hasta el momento. Sus zombis asombraron, cautivaron e incluso aterrorizaron a toda una generación. Los 800.000 dólares (más de 635.000 euros) de su presupuesto valieron la pena.

'Take on me', de a-ha: Todo un alarde de medios técnicos para el momento de su lanzamiento (1984). El segundo videoclip de la famosísima 'Take on me' (hubo una primera versión, diferente) intercalaba imágenes reales de la banda noruega con dibujos a lápiz.

'All is full of love', de Björk: Chris Cunningham dirigió en 1999 una futurista historia de amor entre dos robots al ritmo de una de las baladas más conmovedoras de la inquieta artista islandesa.

'Here it goes again', de Ok Go : 18 dólares costó grabar uno de los fenómenos de YouTube. La banda de Chicago se inventó en 2006 una coreografía sobre cintas para correr que ya lleva más de 40 millones de clics.