A Hitchcock le gustaban las rubias y le obsesionaba su gordura

Alfred Hitchcock y Tippi Hedren.


El crítico de cine Ramiro Cristobal revela detalles sorprendentes de la vida del "mago del suspense". Estaba obsesionado con su gordura y estaba enamorado de sus actrices rubias, excepto de Kim Novak, a la que odiaba. Entre otras anécdotas, cuenta que propuso relaciones a Tippi Hedren.

Alfred Hitchcock era muy distinto del que todos conocemos: era un hombre enamorado de sus actrices rubias y elegantes y le torturaba su gordura.

Este es el retrato que ofrece del "mago del suspense" el crítico cinematográfico Ramiro Cristóbal en su libro Alfred Hitchcock. 14 películas imprescindibles, recién publicado por Ediciones Irreverentes.

La obra aborda los aspectos más controvertidos de su personalidad, de sus relaciones -en ocasiones amorosas y en ocasiones tormentosas con las actrices- y su pasión por estudiar el alma humana. El director británico aparece como un hombre complejo, falto de amor, lo cual suplía por un uso y abuso obsesivo de la comida y el vino.

Asimismo, el libro asegura que se trataba de una persona mucho más intelectual de lo que se piensa, y que junto a grandes películas, hizo panfletos pro-norteamericanos en plena guerra fría, lo que le supuso ser repudiado por los intelectuales europeos.

Proposiciones deshonestas a Tippi Hedren

Tras el rodaje de Los Pájaros, Tippi Hedren fue convocada por el cineasta para hacer la siguiente película titulada Marnie la ladrona. Todo comenzó de nuevo: Tippi recibió regalos y vinos y también apasionadas notas del realizador. El propio Hitchcock, en persona, diseñó un lujoso remolque camerino para ella, con cuarto de baño y nevera-bar (llena de los vinos preferidos por él) y lo instaló al lado de su bungalow.

Ramiro Cristóbal afirma en el libro que "mediado el rodaje de esta segunda película que hacían juntos, una noche Hitchcock acudió al remolque de Hedren y, por primera vez en su relación con ella (y seguramente en toda su vida), le hizo francas proposiciones de tener relaciones sexuales que, naturalmente, fueron rechazadas".

Desde entonces, afirma el libro, Hitchcok no quiso saber nada de Tippi Hedren y se refería a ella como «esa chica». La carrera como actriz de Tippi Hedren no adquirió nunca más, ni lejanamente, el prestigio que había tenido en las películas de Hitchcock".

También estuvo medio enamorado de Ingrid Bergman y de Grace Kelly, pero con ellas la relación se mantuvo en lo profesional. A Grace Kelly intentó rescatarla para el cine siendo princesa. A ella le hubiera gustado, aún siendo princesa, trabajar de nuevo con el director británico, no obstante, se impuso el protocolo".

A quien nunca pudo soportar es a Kim Novak (en la imagen derecha) que le fue impuesta pro el estudio que le contrató, y a quien nunca valoró como actriz.