La evolución a gran escala a veces es cosa de suerte, es lo que dicen un grupo de científicos.
Gracias a un gran golpe de suerte ocurrido hace 200 millones de años, los dinosaurios vencieron a un temible grupo de criaturas que competían con ellos por la supremacía en la Tierra, según señaló un grupo de científicos.
Los dinosaurios aparecieron hace cerca de 230 millones de años, durante el período Triásico, y compitieron durante 30 millones de años con un grupo de reptiles llamados crurotarsanes, primos de los actuales cocodrilos que crecieron hasta alcanzar tamaños gigantescos y se parecían bastante a los saurios.
Muchos científicos creen que los dinosaurios eran simplemente superiores a los crurotarsanes y llegaron más lejos debido a que los primeros dinosaurios caminaron sobre dos patas, no sobre cuatro, y tal vez a que poseían sangre caliente.
Investigadores dirigidos por Steve Brusatte, de la Universidad de Columbia y del Museo de Historia Natural en Nueva York , llevaron a cabo una serie de estudios sobre los fósiles.
En ellos encontraron que los dos grupos estuvieron evolucionando casi al mismo ritmo y que los crurotarsanes tenían una mayor gama de biotipos, dietas y estilos de vida.
Calamidad planetaria
Los dinosaurios ganaron, concluyó Brusatte, a causa de algún tipo de calamidad planetaria ocurrida hace 200 millones de años - un drástico cambio climático o quizás un gran impacto de un meteorito - que casi eliminó a los crurotarsanes mientras que perdonó a los dinosaurios.
"La pregunta fundamental es por qué los dinosaurios fueron capaces de convertirse en la especie dominante", dijo en entrevista telefónica Brusatte, cuyo estudio aparece en la revista Science. "La evolución a gran escala a veces es cosa de suerte", agregó.
El acontecimiento que derrocó a los crurotarsanes hace 200 millones de años permitió a los dinosaurios convertirse en la especie dominante de los animales terrestres durante mucho tiempo, hasta que también vieron cómo la fortuna les daba la espalda. Un asteroide cayó en la Tierra hace 65 millones de años y condenó a los grandes reptiles.