Impresiona lo cruel que puede llegar a ser el humano. En septiembre de 1939, al iniciarse la invasión de Polonia por la Alemania nazi, cientos de polacos descendientes de alemanes fueron linchados en Bydgoszcz, acusados de formar una quinta columna contra Polonia. Este episodio llamado Domingo Sangriento de Bromberg concluyó cuando los soldados alemanes capturaron la ciudad y vengaron a los alemanes asesinados realizando ejecuciones masivas y enviando a miles de polacos de Bromberg a campos de concentración.
En la edición del 8 de Setiembre de 1939, el periódico "Völkischer Beobachter" daba la noticia sobre el asesinato de cientos, hasta miles de alemanes en la localidad de Bromberg, en Polonia.
El día Domingo 3 de Setiembre de 1939, mientras se iniciaba la Blitzkrieg contra Polonia, en Bromberg, ciudad a orillas del río Brahe, grupos de civiles armados apoyados por militares polacos empezaron a recorrer la población desde muy temprano en la mañana. Ya se sabía del avance de las tropas alemanas, las cuales se encontraban cerca de esa ciudad, pero al no constituir objetivo militar, por tanto, no estaba en los planes del Alto Mando la incursión por esos vecindarios.
La gente había sido convencida por la campaña propagandística polaca que desde muchos años antes abonó el odio ancestral. Estaban seguros, que los soldados alemanes entrarían en Polonia para saquear y asesinar, hombres mujeres y niños, como si fueran animales. Los vecinos de la ciudad, apoyados por militares, decidieron adelantarse a los que sucedería, tomando acciones punitivas contra los odiados alemanes o "Hitlers" como les llamaban.
Masacre
Las turbas comenzaron a buscar, casa por casa, a todos los residentes alemanes conminándoles primero a entregar las armas y asesinarles, después de darles una golpiza. No hubo compasión ni con mujeres, ni ancianos ni niños pequeños, mucho menos con hombres jóvenes y adultos.
Los acosados alemanes sólo esperaban que las tropas alemanas llegaran pronto, pero eso era imposible, no estaba en los planes de la Wermarcht la incursión por esos lados del río Brahe. Muchos, que ya sabían lo que acontecería, no habían salido de sus casas durante una semana, pero al llegar ese Domingo optaron por reunirse en otros lugares, donde, pensaban, el número sería suficiente para protegerlos de los piquetes de civiles y militares polacos.
Ese día, los golpes, las violaciones y los asesinatos se multiplicaron en toda la ciudad, no valían súplicas y menos enfrentamientos para calmar a las turbas armadas que entraban a las casas, para sacar de los cobertizos a golpe de culata, a cuanto alemán supieran que se encontraban en los alrededores. Lo primero que preguntaban era "¿Dónde están las armas?", pero como no las había, igual asesinaban a palos, culatazos o puñaladas y tiros de gracia.
Las mujeres eran violadas y luego asesinadas. Los grupos de cadáveres se comenzaron a amontonar en las calles, los civiles armados y los militares, eran acusadores, jueces y verdugos en esa orgía de sangre. No había forma de terminar ese somatén. Los cadáveres mutilados, algunos sin cabeza, sin brazos, piernas o dedos fueron lanzados a fosas abiertas para enterrarlos.
Llegan las tropas alemanas
El 4to Ejército de von Kluge avanzaba según los planes del Alto Mando Alemán formando dos puntas de lanza en forma de tenaza a pocos kilómetros de Bromberg dirigiéndose al Vístula. La zona estaba defendida por el Ejército de Pomerania polaco. Capturar Bromberg no tenía sentido por carecer de valor táctico o estratégico, pero cuando finalmente al día siguiente, entraron en la ciudad unidades de la 50 División de Infantería y de la Brigada Netza, que marchaba detrás de las fuerzas acorazadas para consolidar los territorios ocupados, lo que encontraron fue indescriptible.
Apenas llegadas las tropas alemanas comenzaron a descubrir los cuerpos mutilados en número cada vez mayor. Los soldados que desde el 01 de setiembre habían iniciado la ocupación de Polonia, apenas habían podido ver algún muerto en las escaramuzas con el ejército polaco, pero en Bromberg se encontraron lo que en los meses y años venideros sería espectáculo cotidiano en todo Europa.
El Teniente Hans Fahrembach de una Unidad de la 50 División de Infantería fue el primer oficial que enfrentó el macabro espectáculo de 18 cadáveres de hombres en Jaegerhof, cerca a la casa parroquial. Los aldeanos habían sido apaleados con los brazos atados a la espalda y luego acribillados a balazos. Se identificó al párroco Richard Kutzer, que recibió culatazos en al cara y un disparo en la espalda, su padre y otros hombres y menores de edad que se habían refugiado en la casa. En poco tiempo, el Teniente Fahrembach y el suboficial Fritz Klawunke de la Brigada Netze encontraron muchos otros grupos de cadáveres. Fueron 63 en el Jagërhof, 18 a orillas del canal Bromberg, 12 en la calle Thorner, 40 en el lago de los jesuitas, un menor de 4 meses de edad virtualmente desmembrado por una granada de mano apareció dentro de una casa. Klawunke manifestó: "Hubiera preferido seguir en el frente."
En vista de la gran cantidad de detenidos que eran "interrogados" y luego asesinados por los civiles y militares polacos, unos pocos lograron esconderse. Algunas mujeres lograron salvar sus vidas luego de ser violadas, como fue el caso de Vera Ganot que vio morir a su padre a culatazos en la cara y un disparo en la espalda. Ella fue violada, pero no por los que asesinaron a su padre sino por otro grupo que apareció después.
En la casa de gobierno de Bromberg encontraron 200 muertos que fueron acribillados, hombres mujeres y niños, incluyendo una mujer embarazada que fue asesinada con una bayoneta que le atravesó la espalda. Los soldados en su búsqueda encontraron 39 muertos más en Hopfengarten. Ese día solamente sumaron 1100 cadáveres.
Las fuerzas ocupantes debieron actuar como policías para esclarecer los hechos y capturar a los asesinos. Se formaron cuerpos de investigación y un mes después de lo ocurrido, se habilitaron tribunales especiales para juzgar a los implicados en la masacre.
Los tribunales
Se instalaron tribunales militares con juristas seleccionados en las tres armas de las Fuerzas Armadas Alemanas. Bromberg se llenó de abogados y jueces. Comenzaron a surgir los testigos, sobrevivientes y se iniciaron los juicios. Los primeros polacos que aparecieron ante los tribunales de justicia fueron Teofil Prus, Adalbert Zielenkiewicz y Leo Papirski acusados de asesinar a 8 personas. Fueron condenados a muerte y ejecutados el 14 de Octubre. La serie de acusados y condenados por homicidio apenas empezaba.
En el diario Deutsche Rundschau, a partir de la tercera semana de Setiembre se comenzaron a publicar las listas de los muertos en Bromberg que fueron asesinados entre los días 3 y 4, apenas dos días después de iniciada la ocupación de Polonia.
Esto era sólo el principio, los polacos pagarían con creces estos asesinatos, pues lo que ocurrió después en Polonia, hizo palidecer las imágenes de Bromberg. Los alemanes se vengaron de los polacos causando mucha muerte y dolor y prácticamente desaparecieron a la población polaco-judía.
El Domingo Sangriento de Bromberg (Bromberger Blutsonntag, 1939)
Publicado por Daniel 0:10
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