El "Disco Rosetta" de la era digital no requerirá un ordenador para su lectura



Se crea un dispositivo de almacenamiento como copia de seguridad de todos los idiomas que se hablan en la Tierra para que puedan recuperarse en el futuro.

Si los primeros disquetes se han quedado antiguos en sólo dos décadas, ¿qué podría pasar con el CD en un plazo de 1.000 años? Lo más probable es que no sea fácil encontrar entonces un reproductor que permita recuperar la información que contienen todos los discos compactos del mundo.

Por eso, la Long Now Foundation y un grupo de lingüistas y tecnólogos ha creado el Disco Rosetta, un dispositivo de almacenamiento de datos que según afirma podrá seguir consultándose dentro de 2.000 años. Y para ello no se necesitarán máquinas avanzadas de ningún tipo.

El nombre del dispositivo es un homenaje a la piedra Roseta, una piedra que contiene textos en tres tipo de escritura distintos y que tras ser descubierta a finales del siglo XVIII por un capitán del ejército francés en Egipto permitó empezar a descifrar los jeroglíficos antiguos.

El Disco Rosetta es una copia de seguridad de los idiomas que se hablan actualmente en la Tierra. Contiene el equivalente a 15.000 páginas de texto en 1.500 lenguas diferentes, traducciones todas ellas del Génesis de la Biblia. Se eligió esta obra porque es la más traducida de la historia, por lo que el equipo que ha creado el dispositivo se ha ahorrado ese trabajo.

Pese a que tecnológicamente el disco es bastante robusto, el grupo de expertos que lo ha desarrollado planea realizar varias copias y distribuirlas por todo el mundo, de forma que en un futuro lejano pueda usarse para recuperar o comprender lenguas que entonces podrían evolucionar o desaparecer.

Lo más curioso de todo es que no se trata de un disco destinado a ser consultado en ordenadores o reproductores de CD. Las páginas que contienen pueden leerse de forma analógica, pero para hacerlo se necesita una lente de 750 aumentos.

Los textos están grabados en una de las caras del disco a la antigua usanza. La técnica que permitía grabar tantísima información en una superficie equivalente a la de cualquier CD actual no ha estado disponible hasta hace poco, por lo que la construcción del Disco Rosetta ha llevado ocho años desde que fue planteada por primera vez.