El Chavo del Ocho es mas violento que Chuck Norris según un estudio



Los ecuatorianos aceptan las escenas explícitamente sexuales y los cachetones de las telenovelas, pero se la agarran con el pobre Chavo del Ocho y lo acusan de violento. La exitosa serie cómica mexicana que nació en los 70 y llegó a los hogares de medio mundo, se ha convertido en el programa familiar con mayor índice de violencia que se transmite en la televisión ecuatoriana, según un estudio de la organización Participación Ciudadana (PC) y el Instituto Nacional de la Niñez y la Familia.

Aun así, jóvenes y adultos coinciden en elegir los embrollos de la popular vecindad como el mejor programa -junto al animado 'Bob Esponja'- por ser "entretenido" y "divertido".
La investigación se basa en la opinión de 1.480 padres y madres y otros tantos menores de 6 a 17 años.

Pero, ¿qué es violencia? La agresión verbal (palabras ofensivas, como idiota, tonto, desgraciado, zorra), psicológica y física, desde el golpe hasta el asesinato pasando por el uso de pistolas, explosivos o armas blancas. Y, en definitiva, toda acción que atente contra un individuo.

Los peores

Apoyados en este criterio, para los progenitores las peores animaciones para los niños serían, junto al Chavo, Los Simpson, Padre de Familia, Looney Tunes, Scooby Doo, Speedy González y Jimmy Neutrón debido a sus "escenas violentas y sexuales".

Sex & The City, Walker Texas Ranger, Los Sopranos y The Wire se suman a los anteriores en la lista.

Tampoco las telenovelas son del agrado de padres y madres ecuatorianos: hay "escenas fuertes" de sexo, desnudos, peleas e insultos, dicen. A ellas se suman 'realitys' y 'talk shows'.

A pesar de todo, niños y adultos coinciden en que la violencia real -muertos, heridos, sangre, accidentes, peleas, insultos, violencia sexual- es preferible a la ficcionada.

Las telenovelas a pesar de los contenidos "fuertes" denunciados por los mayores, son el espacio más compartido entre adultos e hijos (en 8 de cada 10 hogares). Más: a la mayoría de niños y jóvenes (60%) le gusta el género. Otro de los espacios compartidos por ambos grupos son los noticieros. Siete de cada 10 niños los ven junto con los adultos. Pero, en este caso, gustan menos: para los más pequeños son violentos, aburridos y llenos de política.

En busca de medidas eficaces

El sociólogo Raúl Borja, director del proyecto, y en declaraciones al diario 'El Universo', dice que la intención final es buscar acuerdos con los medios de comunicación "para que mejoren la calidad de sus productos y programación, y se reduzca la violencia que presentan".

Los adultos encuestados, por su parte, hablan de políticas de intervención y regulación. Así, para el 43% de los adultos, el Estado debe ser el protagonista de una prohibición de la programación violenta. Los medios de comunicación ocuparían un segundo lugar. La familia, el tercero, y de modo marginal, el sistema educativo. En el caso de niños y adolescentes (40%) la familia debe ser la gran protagonista Después, el Estado, los canales de televisión y el sistema educativo.

Otra de las metas del proyecto es la elaboración de un nuevo código de ética consensuado, "que no sea un simple compromiso" y que tenga la capacidad efectiva de sancionar a los infractores si no respetan la clasificación televisiva.