Un equipo de fiscales rusos confirmó que los restos hallados el año pasado pertenecen al único hijo y a una de las hijas del zar Nicolás II, asesinados por los bolcheviques hace exactamente 90 años.
La unidad principal de investigación del Fiscal General afirmó que las muestras de ADN y un análisis de los dientes demostraban que los restos, hallados cerca de la ciudad de Ekaterinburgo, en los Urales, son los del príncipe Alexei, de 13 años, y de su hermana Maria.
Los verdugos bolcheviques fusilaron al Zar y a su familia en 1918, en el sótano de la casa de un comerciante en Ekaterinburgo, 1.450 kilómetros al este de Moscú. Después intentaron destruir los cuerpos, que finalmente fueron arrojados a fosas.
El miércoles, cientos de rusos acudieron al lugar en el que la familia real fue asesinada para conmemorar el 90 aniversario del magnicidio.
La iglesia de la ciudad mostraba fotografías de Nicolás II, un hombre considerado por muchos como un mártir y un símbolo del poder de la Rusia imperial, así como de su esposa, su hijo y sus cuatro hijas.
La familia Romanov gobernó Rusia durante tres siglos, antes de la Primera Guerra Mundial que ayudó a alimentar la rebelión. Nicolás II abdicó en 1917 en medio de una creciente inestabilidad que desembocó en la Revolución Bolchevique cuando Vladimir Lenin asumió el poder del país.