La rapamicina ya se usa como inmunosupresor en personas trasplantadas
Científicos norteamericanos han hallado el primer fármaco capaz de prolongar la vida de un mamífero, el ratón en este caso. Es el primer éxito del ITP, o Intervention Test Program, un plan sistemático de los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU para buscar fármacos anti-edad entre los que ya están en uso para otros propósitos. El medicamento es la rapamicina, un inmunosupresor de uso común en pacientes que han recibido un trasplante. Los ratones la empezaron a tomar a una edad avanzada, y el tiempo que les quedaba de vida se alargó un 28% (en los machos) y un 38% (en las hembras).
"Por comparación, estos efectos son similares a los que tendría en el ser humano prevenir 'todas' las muertes por ateriosclerosis y todas las muertes por cáncer", explica David Harrison, el principal autor del estudio que se presenta en Nature.
Los ratones empezaron a tomar la rapamicina cuando tenían 600 días de edad, "más o menos equivalente a una persona de 60 años", calcula Harrison. En un país occidental esa persona espera vivir otros 25 años como promedio. Si los resultados pudieran extrapolarse, la rapamicina le regalaría otros 7 años si fuera un hombre, y otros 10 si fuera una mujer.
"Otra forma de verlo", añade Harrison, "es que la edad a la que se muere el 90% de los ratones se incrementa entre el 9% y el 14%, según el sexo". El dato muestra que la rapamicina no sólo incrementó la vida media de los ratones, sino también la vida máxima, el tope de edad característico de cada especie.
En nuestra especie, la vida media puede duplicarse de 40 a 80 años evitando las infecciones -como ha pasado en Occidente en el siglo XX-, pero las personas que alcanzan los 110 años siguen siendo tan raras como siempre (la marca está en 124 años, y la ostenta una fumadora francesa que conoció a Van Gogh). La rapamicina, en nuestra hipotética extrapolación, también aumentaría el número de personas que alcanzan los 110 años, aunque seguirían siendo una rareza.
Muchas personas trasplantadas han tomado rapamicina para evitar el rechazo de su nuevo órgano. ¿Hay alguna evidencia de que eso haya retrasado su envejecimiento? "¡Espero que un demógrafo cualificado haga ese estudio!", responde el científico americano.