Damon Albarn, líder de la banda, durante el concierto.
Unos 60.000 espectadores pudieron disfrutarlo
Este jueves, mientras el sol apuraba sus últimos momentos en el cielo de Londres, Blur iniciaba su primer concierto en la capital británica con la formación al completo en casi una década ante unos 60.000 espectadores que abarrotaban de mala manera el terreno acotado para la ocasión en Hyde Park. En un recinto y tras tantos años de ausencia, era de esperar algo de nerviosismo. A juzgar por las sonrisas y gestos de complicidad de Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree, los cuatro miembros de la banda, más bien la sensación era la contraria: se lo estaban pasando pipa.
Ha sido un tiempo en el que cada uno se ha dedicado a sus menesteres: Damon a su proyecto (cada vez menos) paralelo 'Gorillaz' y a la composición de su ópera 'Monkey'. Graham a su carrera como músico en solitario. Alex, a fabricar queso y Dave es un destacado miembro del Partido Laborista.
Pero todo eso se ha aparcado durante dos semanas para volver a la carretera con Blur, grupo que vivió su momento de gloria en los 90 y que, con la perspectiva del tiempo, se ha convertido en una de las bandas británicas más importantes de las ultimas tres décadas. Primero fueron cinco conciertos medio secretos, después un pabellón en Manchester, el cierre del festival de Glastonbury y, por fin, los dos conciertos masivos en Londres.
Para empezar el espectáculo, después del calentamiento de 'Crystal Castles' y 'Foals', un tema simbólico: 'She's So High', el primer single de Blur, publicado en 1990. A continuación, un puñado de canciones de 'Parklife' (1994), probablemente su gran obra: 'Girls & Boys', 'Tracy Jacks', 'Jubilee' y 'Badhead'. Mientras, el combo se comportaba como si nada hubiera pasado. Albarn volvía a recuperar su estatus de 'frontman', sonriendo, moviéndose por todo el escenario y bajando a cantar con el público. Coxon, guitarrista, alternaba caras de "que hago yo aquí delante de toda esta gente" y movimientos espasmódicos. James demostraba estar en plena forma, francamente joven y guapo. Y Dave Rowntree es un batería que se presenta a concejal del distrito de Marylebone.
Ya casi de noche, después de uno de los días más soleados y calurosos que recuerda Londres en... ¿toda su historia?, llegaba el primer gran momento de la actuación, 'Beetlebum'. Inmediatamente después, 'There's No Other Way', rescatado de su primer disco, 'Leisure'. Blur también se acordaron de 'Think Tank' (2003), el único álbum grabado sin Graham Coxon, con 'Out of Time'. 'Trimm Trabb' y 'Coffee & TV', ambos de '13' (1999) sirvieron de calentamiento de una coreadísima 'Tender'. Que 60.000 personas canten a coro 'Oh My Baby/Oh My Baby/Oh Why/Oh My' es emocionante. En el debe del concierto hay que señalar que se echaron en falta unos cuantos decibelios -un mal cada vez más común-, aunque fuera para escuchar lo que sale del escenario en lugar de al tipo que está a tu lado.
Un éxito de concierto
El momento 'karaoke' continuó álgido con 'Country House', antes de pasar a un interludio compuesto por varias canciones de 'Modern Life is Rubbish': 'Chemical World', 'Oily Water' -probablemente la canción más desconocida de todo el repertorio- y 'Sunday Sunday'. A continuación, 'Parklife', tema que Albarn explicó haber compuesto en Hyde Park cuando iba paseando al parque desde su casa de "Kensington Church Road". El actor Phil Daniels (Jimmy, en 'Quadrophenia') no faltó como invitado especial.
Con la noche ya definitivamente instalada sobre Hyde Park (más amarillo que verde), llegó el turno de varios tiempos medios que pusieron punto final a la primera parte del concierto. 'End of a Century' suena tan emocionante como siempre y 'This is a Low' es candidata a mejor canción de Blur. Mención especial para la voz de Damon que, pese a los años y los berridos, se mantuvo firme, destacando sobre una sección de vientos y un coro gospel que completaban la formación clásica del combo.
Turno para los bises. El primero se centró en su faceta más punki: 'Popscene', 'Advert' y 'Song 2'. El segundo de ellos fue el culmen del bolo: 'To The End', 'For Tomorrow '(la canción más londinense de uno de los grupos más londinenses de siempre) y, como colofón final, 'The Universal'.
Una de las mejores maneras de saber si un concierto ha funcionado es fijarse en si el público va canturreando algunas de las canciones a la salida. Si esa teoría es cierta, el de Blur de Hyde Park fue un exitazo: por todo el parque se escuchaban a grupos de personas cantando a voz en grito 'Tender' y 'The Universal'. Esta noche, más.