Un estudio ha concluido que hombres y mujeres sienten poseer una edad que no se corresponde con la biológica. Se da más en hombres que en mujeres. Los hombres, más satisfechos con la edad, empiezan a preocuparse de ella más que las mujeres a partir de los 60.
Los ancianos tienden a sentirse 13 años más jóvenes de lo que en realidad son. Si bien, las mujeres ajustan mejor esa diferencia, y se ven a sí mismas más cercanas a su edad real. Según un estudio del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, este pequeño (auto) engaño tiene repercusiones más allá de la psicología.
Sentirse joven, según los expertos, está íntimamente relacionado con una buena salud y una mayor esperanza de vida. Jacqui Smith y su colegas de esta universidad estadounidense han llegado a estas conclusiones tras analizar los resultados de una encuesta realizada entre más de 500 berlineses (hombres y mujeres) septuagenarios.
Los resultados, extrapolables según los investigadores a la población de otros países, son concluyentes: “La manera en que interiorizamos nuestra edad es en parte un reflejo del mensaje que la propia sociedad trasmite sobre cómo debemos sentirnos –y qué debemos de hacer- en cada periodo de la vida”.
El estudio también reflejó que mayoritariamente los hombres se sienten más satisfechos con la edad que tienen que las mujeres, si bien, a partir de los 60, la insatisfacción por la edad crece más deprisa en los varones.