La actividad volcánica jugó un papel central en forjar la superficie de Mercurio, dijeron científicos, tomando como base los datos reunidos por una nave de la NASA que se aproximó en enero al planeta más cercano al Sol.
Los siete instrumentos científicos de la sonda Messenger también enviaron información sobre el campo magnético de Mercurio y sobre el hecho de que el planeta, extremadamente denso, se ha ido encogiendo más de lo esperado a través del tiempo.
Messenger ha comenzado a resolver algunos de los misterios de Mercurio, un planeta castigado por el Sol, de un tercio del diámetro de la Tierra y un poco más grande que la Luna.
En 1975, la sonda Mariner 10, la última nave que pasó cerca del planeta repleto de cráteres, envió imágenes que mostraban suaves llanuras que cubrían gran parte de su superficie.
Pero los científicos debatieron si esas llanuras fueron creadas por la actividad volcánica o por escombros que cayeron en la superficie después de que meteoritos impactaran al planeta.
Las imágenes enviadas por Messenger, tras su aproximación del 14 de enero, brindan fuertes evidencias de que los volcanes jugaron un papel fundamental en la formación de la superficie de Mercurio, de acuerdo al geólogo James Head de la Universidad Brown en Providencia, Rhode Island, EEUU.
El volcanismo a gran escala probablemente tomó la forma tanto de enormes flujos de lava como de erupciones violentas, de acuerdo a características de la superficie observadas en las imágenes, indicó Head.
El experto estimó que la actividad volcánica ocurrió hace tres mil millones o cuatro mil millones de años, agregando que no hay evidencias de volcanismo activo actualmente en la superficie del planeta.
En otros descubrimientos también dados a conocer en la publicación Science, los científicos dijeron que el campo magnético del planeta se origina en el núcleo externo del planeta y es alimentado por el enfriamiento del núcleo.
La sonda Messenger fue lanzada en 2004.*.