Ross Brawn, un estratega siempre al borde de la ilegalidad



El británico es conocido por sus innovaciones, que no siempre han sido aceptadas por no cumplir con la normativa. Ha pasado por equipos como Benetton, Ferrari u Honda. Ayer consiguió que su escudería, debutante, se hiciera con las dos primeras plazas.

Uno de los principales atractivos de la primera carrera de la temporada 2009 del Mundial de Fórmula 1, el GP de Australia, era averiguar sin en el nuevo equipo BrawnGP era oro todo lo que relucía... Y sí que lo fue. La escudería debutante consiguió un valioso e impactante doblete al alzarse Jenson Button en lo más alto del podio, seguido de su compañero Rubens Barrichello.

No estaba el equipo fuera de la polémica, ya que antes de la carrera varias escuderías (Renault, Red Bull y Ferrari) habían protestado por el sistema de difusores que emplea la escudería de Brawn. Sin embargo, este sistema recibió el visto bueno de los comisarios.

Y es que el británico Ross Brawn, director del equipo de Honda F1 desde noviembre de 2007, compró esta escudería porque sabía que tenía futuro.

En los años 90, el británico fue uno de los creadores del Benetton que dio a Michael Schumacher sus dos primeros títulos mundiales en 1994 y 1995. Después, se fue con el alemán a Ferrari en la que se convirtió en la mejor época de la escudería italiana: cinco títulos consecutivos entre 2000 y 2004.

En 2008, Brawn se marchó a Honda. Sin embargo, la pasada temporada el coche no mejoró como se esperaba y empezaron a cuestionar sus habilidades. Parece que, visto que el monoplaza de 2008 no funcionaba, el británico dedicó todos sus esfuerzos y conocimientos a trabajar en el coche de la siguiente temporada. Es decir, en el que está sorprendiendo a todos ahora.

Además, la FOTA (la asociación de equipos) le designó delegado técnico ante la FIA (la federación internacional), lo que le ha permitido conocer de arriba a abajo el reglamento para esta temporada. Y con esa combinación de experiencia, inteligencia, conocimiento de la norma y habilidad, ha creado lo que Fernando Alonso ha definido como "un todo, muy bien diseñado, aerodinámicamente perfecto, con los alerones mejor trabajados de la parrilla y con soluciones imaginativas. El Brawn no es sólo su difusor".

Piezas que no encajan totalmente en la normativa

Esto último y otras sanciones que han recibido sus inventos, sirven a Marca para hablar de una forma de trabajar que a veces roza la legalidad. Apunta este diario que en 1994 Brawn fue sancionado en el GP de Bélgica por poner una pieza que se desgastaba al chocar contra los bordillos y acababa plano, generando un efecto de suelo, cuando se había eliminado el efecto suelo bajo los coches.

Apunta también a que, en 1995, se sancionó a su equipo por un incendio en su monoplaza tras descubrirse que no llevaba un filtro en la boca del depósito.

Su siguiente "novedad al límite" fue con la llegada de Alonso y sus éxitos. Tras una gloriosa etapa de 5 años en Ferrari, tenía que hacer algo para vencer al asturiano, y colocó unos alerones flexibles que fueron prohibidos tras la primera carrera. También puso unas pinzas a los flaps, que hoy día llevan todos los monoplazas.