El Mussolini romàntico

Mussolini, en un retrato realizado en los años 20


Mussolini era romántico y apasionado, según el diario de su amante. Las notas de Claretta Petacci revelan como el dirigente la llamaba varias veces al día y le dedicaba frases apasionadas. 'El Duce' compaginó este amor con el de su mujer, Rachelle Guidi.

El dictador Benito Mussolini era un hombre romántico y muy apasionado, según contaba la que fue su amante Claretta Petacci en las páginas de su diario y que este miércoles serán publicadas por la revista italiana Oggi.

El diario de Clara Petacci, conocida como Claretta, y que fue ejecutada junto a Mussolini y colgada con él boca abajo en el Piazzale Loreto en Milán el 29 de abril de 1945, está plagado de las frases apasionadas que el Duce le habría dedicado durante su larga historia de amor.

En un anticipo que proporcionó la revista, se explica que Petacci también anotaba las llamadas de teléfono que Benito Mussolini le hacía cada día, a veces cada hora, así como sus excusas por no poder dedicarle más tiempo debido a sus obligaciones de gobierno.

"Amor, cuantas veces te miré ayer. Te miraba siempre. Te amo tanto, me gustas tanto (...) Para mi no existe otra mujer como tu. La única a la que amo y que me interesa", recogía así Petacci las frases que el Duce le dedicaba.

Claretta, que admiraba desde joven a Mussolini, le conoció en 1932 y poco después comenzaron una relación. En el momento del encuentro Petacci tenía 20 años y el "Duce", 49.

Mussolini mantuvo una larga relación con Claretta Petacci mientras estaba casado con Rachelle Guidi, con quien tuvo tres hijos.
"Esta pequeña amante, esta dulce mujercita a la que adoro, mañana estará entre mis brazos", era otra de las frases que supuestamente el Duce dedicó a Petacci.

La revista que publicará estas páginas explica que no se puede saber si estos comentarios apasionados "fueron efectivamente pronunciados por Mussolini o fruto del delirio fantástico y enamorado de Claretta".

Según los historiadores, Claretta profesó siempre un amor incondicional por Mussolini que le llevó incluso a sacrificar su vida, pues según algunos testimonios cuando dispararon contra el Duce para ejecutarle, ella se cruzó en el camino de las balas en un intento de protegerlo.