Disminuye la visibilidad en 35 años debido a la emisión de partículas contaminantes.

Mapa mundi de derosoles. De menos (azul) a más (rojo) cantidad. / 'Science'


El cielo se oscurece, excepto en Europa segùn un estudio

El cielo se oscurece, pierde visibilidad. Y no sólo en las ciudades. Así lo demuestra el estudio que esta semana se publica en 'Science', basado en los datos recogidos en 3.250 estaciones meteorológicas de todo el planeta entre 1973 y 2007.

La peor parte se la llevan en Australia y Asia, especialmente en India y China, mientras que en Europa es el único lugar en el que la situación ha mejorado en los últimos años debido a los controles de la calidad del aire. En África y Sudamérica hubo un bajón entre 1979 y 1985, pero ha vuelto a aumentar.

Los investigadores, de las universidades de Maryland y Texas (EEUU), se han centrado en la presencia de aerosoles en la atmósfera. Se trata de partículas sólidas y líquidas en suspensión que se generan con la quema de combustibles, los incendios en zonas tropicales o los volcanes. Incluyen hollín, polvo o sulfuro.

Los datos recogidos por las estaciones se compararon con los enviados por los satélites para que otros científicos puedan estudiar correlaciones entre esta contaminación y el cambio climático. Los aerosoles, indican en el artículo, afectan a la temperatura terrestre porque reflejan la luz y reducen la radiación solar en la superficie, pero también pueden absorber la radiación, generando calentamiento. Incluso modifican la cubierta de nubes y las lluvias.

Por todo ello, sus efectos sobre el cambio climático no están tan claros como en el caso de los gases de efecto invernadero. Kaicun Wang y su equipo dicen que es porque ha habido pocos estudios a largo plazo como éste. "El oscurecimiento por aerosoles en Asia es consecuencia clara del aumento de las actividades industriales", señalan en el estudio.

"En Europa disminuye, tras un pico en los años 89, porque ha habido cambios en las emisiones de hollín, carbón orgánico y dióxido de azufre", añaden. Sin embargo, esa mejora no compensa el acelerado aumento de emisiones de partículas por parte de los asiáticos.

Al hilo de este trabajo, el físico español Antonio Ruiz de Elvira insiste en que no está claro el papel de los aerosoles en el calentamiento global: "No se sabe si lo generan o lo limitan porque disminuyen la cantidad de luz que entra, pero favorecen también las nubes bajas que retienen la que sale. La mayor incertidumbre la presentan las nubes; dependiendo de si son altas o bajas y el agua que contengan, reflejan la radiación del Sol o la atrapan".