El título de Hamilton ha sido uno de los motivos de la dimisión de Dennis

Ron Dennis y Lewis Hamilton en el pasado GP de Australia.


El triunfo de Lewis en el Mundial de 2008 desencadenó su adiós. Dennis dio sus primeros pasos como aprendiz de mecánico en un taller. Artífice de la progresión de McLaren, la controlaba desde 1982.

La dimisión de Ron Dennis del cargo de jefe de McLaren, que ya maduraba desde hace un tiempo, ha tenido un responsable directo: Lewis Hamilton.

En 1966 ingresó en el equipo de mecánicos del piloto de F1 Jochen Rindt
Dennis, que lleva más de cuarenta años en el universo del motor, decidió poner punto y final a su andadura como patrón de la escudería inglesa cuando alzara un título.

Así, para el Mundial de 2007 fichó al mejor piloto del momento, Fernando Alonso, y confió en su buena química con Lewis Hamilton para llevar al equipo británico a lo más alto del cajón.

Se equivocó, Lewis y Fernando no conectaron y Ferrari les birló el campeonato de constructores y de pilotos. Pero Hamilton se resarció un año después, ganó el Mundial y Dennis, satisfecho y liberado de la presión, pudo llevar a cabo su deseo de borrarse del cargo.

Con 16 años

Dennis, que nació en Woking en 1947, comenzó en el mundo del automovilismo como aprendiz de mecánico en el taller Thompson & Taylor cuando contaba 16 años y en 1966 entró a formar parte del equipo de mecánicos del piloto de Fórmula 1 Jochen Rindt, integrante del equipo Cooper.

En 1980 llevó su compañía Project Four a entrar en el accionariado del Team McLaren Limited, de la que nació McLaren Racing, escudería histórica -con el segundo mejor palmarés tras Ferrari- creada en 1963 por el piloto neozelandés Bruce McLaren.

En 1982 se hizo con el control absoluto de la escudería y un año después dio cabida en su accionariado al multimillonario saudí Mansour Ojjeh, quien se convirtió en su mayor accionista.

Consiguió el retorno a la competición del bicampeón Niki Lauda en 1982, quien le dio al equipo el título mundial de pilotos de 1984 y con la ayuda de Prost el de constructores de ese año.

Hegemonía en los 80's

La segunda mitad de los 80 estuvo marcada por la hegemonía de sus monoplazas, quienes sumaron seis títulos de pilotos y otros tantos de constructores (1984, 1985, 1988, 1989, 1990 y 1991).

Pero esta supremacía, encabezada por el francés Alain Prost, campeón en 1985, 1986 y 1989, y el brasileño Ayrton Senna, que les dio los títulos de 1988, 1990 y 1991, estuvo salpicada por la rivalidad de estos dos pilotos en los circuitos.

No fue hasta la segunda mitad de los 90, con el finlandés Mika Hakkinen y el británico David Coulthard como pilotos, cuando volvieron los éxitos.

El primero le dio los títulos de pilotos de 1998 y 1999, al que sumaron el de constructores de 1998, antes de que llegara una nueva sequía ante el dominio absoluto de Ferrari y Renault, paliada en 2008 por Hamilton.