El triunfo de los logotipos raros

Los logos de la Orquesta de Londres, Nueva York, el Museo de Londres o Bison son algunos de los más exitosos.


Un diseñador británico ha elaborado una lista de 20 peculiares logotipos que han alcanzado el éxito. El logotipo de Nueva York y el del Museo de Londres son dos de los más conocidos. El color, la forma y la relación con el nombre son tres de las claves para triunfar.

Casi toda empresa que se precie tiene un logotipo, por lo que lograr diseñar uno que destaque entre la multitud es una tarea casi imposible. Y si además se le pide al diseñador que ese logotipo funcione, el resultado se convierte en muchas ocasiones en una obra de arte.

Por ese motivo, el diseñador Chris Spooner ha hecho una lista de 20 logotipos raros que, además de ser originales, han logrado el éxito entre el publico por diferentes motivos.
La sencillez, por ejemplo, es la clave de los logotipos de Nueva York y la Orquesta Sinfónica de Londres, que emplean anagramas como bases.

"Las formas semi-representacionales son lo suficientemente reconocibles como para parecer letras, pero también permiten al logotipo en su conjunto mostrarse como un elegante gráfico", explica Spooner, que señala el "enorme corazón rojo" de la enseña de Nueva York como una de los factores fundamentales de su éxito.

La forma y la combinación de colores son otros dos importantes elementos, como ocurre con los recientes logotipos del Museo de Londres y de Metroplex, que logran además unir marca e imagen.

"Un análisis en profundidad del logotipo del Museo de Londres muestra que su forma orgánica esconde la historia de Londres, reflejando su crecimiento y expansión geográfica a lo largo del tiempo", señala Spooner.

"El logo de Metroplex logra un excelente sentido de la profundidad con el uso de formas tridimensionales: el conjunto de figuras cúbicas representa unos rascacielos que conforman una metrópolis, ligándose al significado detrás del nombre".

Finalmente, un ejemplo de creatividad especialmente resaltado por el diseñador es el del logotipo de la firma Bison, en el que las letras de la marca forman la figura del propio animal.

"Es un excelente ejemplo de cómo las letras de una palabra pueden distorsionarse para tomar una forma completamente diferente y reforzar su significado manteniendo su legibilidad", indica.