El Salto de fe, la atracción desde la que huyó el tiburón hasta una piscina adyacente.
El escualo murió poco después por su intolerancia al cloro. Llevaba más de diez años viviendo en su piscina. Sucedió en un gran centro de vacaciones de las Bahamas.
El resort turístico Atlantis, en las Bahamas, es uno de esos lugares donde el descanso y el exotismo van de la mano. Los tiburones de arrecife son uno de los atractivos que ofrece su acuario Templo Maya. Pero una de ellas, una hembra de 12 años, decidió abandonarlo para buscar otras aguas.
Saltó la barrera de 30 centímetros y recorrió los cinco metros que la separaban de la piscina, según informa el Daily Telegraph. Pero el agua no era la adecuada para su organismo: el animal se resintió del cloro y el agua dulce y, pese a que fue rápidamente trasladado de nuevo a su acuario, murió poco después.
Afortunadamente, en el momento del suceso, no había abierto aún el acuario y la piscina se encontraba vacía. No hubiese habido riesgo: estos tiburones son alimentados habitualmente por el personal.
El resort cuenta entre sus atracciones con una llamada el Salto de fe, un tobogán acuático que termina siendo un cilindro que atraviesa la piscina de los escualos. Al lado de su acuerio hay también una piscina para bañistas.
"Todo el personal de Atlantis está realmente entristecido por la pérdida de este animal que había vivido en nuestro hábitat marino desde hace más de 10 años", señaló un miembro del centro.