Un equipo de investigadores ha demostrado en ratones que el resveratrol, un polifenol presente en alimentos como las nueces y las uvas, previene el deterioro y el declive funcional causado por el envejecimiento. Las conclusiones del trabajo, no extrapolables al ser humano, aparecen en la revista Cell Metabolism.
El trabajo, coordinado por el investigador Rabel de Cabo del National Institute of Aging (Baltimore, EE UU), cuenta con la participación del científico Plácido Navas, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, un organismo mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), en Sevilla.
La investigación completa una investigación que la revista Nature publicó en 2006, donde se demostraba que el resveratrol no sólo mejora la salud sino que también aumenta la longevidad de ratones obesos, es decir, sometidos a dietas hipercalóricas. El trabajo que publica ahora Cell Metabolism amplia el estudio a ratones no obesos y alimentados con una dieta estándar.
La principal conclusión es que, si bien no prolonga la vida de los ratones, el resveratrol beneficia su salud durante el envejecimiento. En definitiva, explica Plácido Navas, “la administración de esta sustancia natural supone una mejora de la calidad de vida durante la vejez de los animales”.
El trabajo comparó los beneficios del polifenol en ratones alimentados con una dieta normal, una dieta alta en calorías y un régimen de restricción calórica. La investigación trató a los animales con resveratrol en concentraciones bajas y altas.
Mejoras cardiovasculares, mejores huesos, menos cataratas
Según los investigadores, esta sustancia natural previene el declive de la función cardiovascular asociado a la obesidad y a la edad. “Los resultados avalan que el resveratrol consigue el colesterol disminuya de forma significativa y las aortas funcionen mejor”, explica el científico.
Además de los beneficios cardiovasculares, los ratones tratados con resveratrol mostraron tendencia a presentar una mejor salud ósea, una disminución de la formación de cataratas y una mejora en su coordinación motora.
Navas incide en que estos resultados, probados en ratones a los que se administraba resveratrol diluido en agua, no son extrapolables al ser humano. Los autores enfatizan que “no se puede realizar una aplicación directa e inmediata a las personas, cuya salud está influenciada por una variedad de factores que pueden no tener ninguna influencia en el modelo de animales. No obstante, “el objetivo del equipo que coordina la investigación es estudiar los beneficios de esta sustancia en personas voluntarias”, apunta el investigador del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo.
“De probarse los efectos beneficios en el ser humano, es presumible que sean necesarias mayores cantidades de la sustancia para obtener resultados similares”, concluye Navas.