El Experimento Filadelfia



Una investigación sobre la antigravedad hecha por la US Navy hace desaparecer un barco. ¿Ocurrió realmente?

En julio de 1943, el destructor U.S.S. Eldridge estuvo en el área de la bahía de Delaware para un experimento naval de Estados Unidos que implicó la tarea de hacer la nave invisible. El nombre oficial del proyecto fue "Rainbow", pero fue apodado y conocido más comúnmente como "El Experimento Filadelfia".
Mucho se ha escrito y se ha especulado sobre el experimento legendario de invisibilidad, pero clasificar el hecho de ficción es una tarea imposible, especialmente con la afluencia reciente de información falsa y la desinformación deliberada que ha sido perparada por los escépticos de la comunidad y profesionales de la inteligencia de USA.

Hay mucha controversia sobre qué sucedió exactamente, pero una cosa es segura. Por una cierta razón, inmediatamente después de que la prueba fuera terminada, un manto de secreto fue colocado sobre qué sucedió en la bahía de Delaware. Se piensa que una brecha científica enorme fue hecha, y la nave fue exactamente transportada por el espacio y en tiempo excesivos, desapareciendo en Philadelphia, Pennsylvania y reapareciendo en Norfolk, Virginia.

Sea cual fuere la verdad sobre este incidente, el destructor que se dice tomó parte en el ahora conocido como Experimento Filadelfia, el USS. Eldridge DE-173, existió en realidad. Pero, los esfuerzos para tomar contacto o interrogar a algunos de los supuestos participantes u observadores han resultado por lo general estériles, ya que muchos han desaparecido, otros se han mostrado poco comunicativos, y otros contestaron que no quieren meterse en líos o están protegidos por familiares que no permiten llegar hasta ellos, repitiendo que no desean hablar del asunto.

Si realmente se ha corrido una cortina confidencial o secreta sobre la Marina de Estados Unidos o los buques mercantes y el personal, directa o indirectamente vinculados al experimento en su momento, resultaría sumamente difícil buscar la verificación del incidente, especialmente por haberse producido hace tanto tiempo. Sin embargo, preciso es señalar, aunque sea de pasada, que el pleno alcance de un experimento cualquiera, no se suele hacer manifiesto hasta varios años después de los ensayos iniciales.

También pudiera ser que el personal implicado en otros incidentes de camuflaje durante la Segunda Guerra Mundial hubiera dado pie a una serie de rumores que contribuirían a acrecentar la leyenda del Experimento Filadelfia. Dunniger, célebre clarividente y telépata, propuso en 1942 a la Marina de los Estados Unidos, un plan para hacer un buque invisible mediante un proceso de espejismos inducidos por manipulación de los rayos solares. (Cualquiera que haya sido el resultado de su actividad, se le obligó a firmar un documento garantizando su completo y permanente silencio sobre la operación.) También fueron tema de experimentación varios otros conceptos insólitos, como el uso militar de la antigravedad.

Invisibilidad

Algunos científicos han desarrollado la teoría que la marina trabajaba en una manera de hacer la nave invisible a la visión. Sin embargo, no implicó el combar del tiempo y del espacio o de ninguna tarea compleja de una naturaleza similar. Esta teoría sugiere que el Eldridge fue equipado con los generadores de alta frecuencia que calentarían encima del aire circundante para causar un espejismo, haciendo el recipiente invisible.
Este fenómeno está ocurriendo naturalmente, y ha habido casos donde las islas enteras han desaparecido de la visión en las condiciones atmosféricas descriptas. El generador de alta frecuencia calentaría encima del aire circundante y del agua (que crean una niebla verde-coloreada que fue dicha y podria haber "engullido" la nave), haciendo un espejismo y encubriendo la nave de la visión.

El generador también explicaría la enfermedad (física y mental) del equipo después del experimento. Un generador de alta frecuencia puede causar daño serio al bienestar de una persona. Esto es más plausible que la teoría de la invisibilidad, y también explicaría la condición enferma del equipo como resultado de la prueba.
El problema principal con estas teorías sin embargo, es que no explica cómo el U.S.S. Eldridge fue visto en Norfolk, Virginia por el equipo civil de los SS Andrew Furuseth, cuando la nave desapareció de la visión en Philadelphia en un espacio de solamente de quince minutos. Hay también detalles tales como los tripulantes que son fundidos al casco de la nave y de cierto reaparecer no uniforme.

¿Tiempo y espacio?

La teoría más interesante sobre el experimento de Philadelphia es que el destructor desaparece y es teletransportado a través de espacio y de tiempo. Por supuesto, había una gran cantidad de científicos ingeniosos (Tesla y Einstein) que participaban en el experimento. Sin embargo, Nikola Tesla fue supuestamente muerto a la hora del experimento naval.

La teoría es que la luz tiene que estar doblada alrededor de la nave para hacerla invisible. Para lograr esto, la marina envolvió la circunferencia de la nave en alambre y pasó una corriente medida a través de ella. Esto hizo un imán oscilante enorme para formar un campo magnético alrededor de la nave, doblando no solamente la luz, pero el espacio y para medir el tiempo también. La física del experimento es evocadora de la teoría unificada del campo de Einstein que una vez que usted dobla la luz, usted también está doblando involuntariamente el espacio y el tiempo también.
La primera vez que este experimento fue emprendido, la nave no desapareció totalmente, y una impresión del casco podría estar "sentada"en el agua. La segunda vez que la nave desapareció totalmente en una niebla verde, fue avistada en Norfolk, Virginia.

Un hecho frecuente es que cuando reapareció la nave, el equipo de hombres estaba en un estado de desorientación. Algunos eran mentalmente enfermos, mientras que otras tripulantes incluso no volvieron. ¡Cuantas noticias se presentaron sobre las tripulantes, incluyendo la de un miembro anterior del equipo que estuvo implicado en una lucha en la barra de un bar, y todos sus participantes fueron congelados en el tiempo, según lo divulgado por un periódico local! .

USS Eldridge, DE-173



El USS Eldridge, un destructor de la clase Bostwick, entró en servicio en el Astillero Naval de Nueva York el 27 de agosto de 1943 y sirvió hasta diciembre de 1943. El buque permaneció en ese puerto y en Long Island hasta el 16 de setiembre fecha en que zarpó con rumbo a las Bermudas. A partir del 18 de setiembre, el DE-173 realizó maniobras de entrenamiento y pruebas de navegación en la zona, hasta el 15 de octubre regresando luego a Nueva York. El 01 de noviembre, el USS Eldridge formó parte de la escolta del convoy UGS-23 que llegó a la Base Naval de Norfolk, para luego continuar viaje a Casablanca adonde llegó el 22 de noviembre. El día 29 de ese mes, el destructor formó parte de la escolta del convoy UGS-22, arribando a Nueva York el día 17 de diciembre. Permaneció en entrenamiento y disponible en la bahía de Block Island hasta el 31 de diciembre, se le ordenó dirigirse a Norfolk con otros cuatro buques. Durante todo ese tiempo el USS Eldridge, nunca recaló en Filadelfia.

La bitácora de servicio del USS Eldridige se encuentra en microfilm designado como NRS-1978-26, copia del cual puede ser solicitada mediante el pago de la tasa establecida ante las autoridades navales.

El destructor Eldridge fue retirado del servicio en junio de 1946 y a comienzos de los años cincuenta, fue transferido a Grecia como parte del Programa de Asistencia y Defensa Mutua que EEUU adelantaba para contener las ambiciones de la Unión Soviética durante la Guerra Fría. El destructor DE-173 fue rebautizado "A/T Leon" con la identificación D-54 junto con otros tres destructores rebautizados Panthir, Aetos y Ierax. Durante la guerra, el 15 de mayo de 1941, el primer destructor "A/T Leon" fue hundido por un avión alemán en la Bahía de Suda en Creta; en los años cincuenta el DE-173 lo reemplazó. Los destructores Leon y Panthir pasaron a la reserva en 1990, dejando en servicio a los otros dos buques.

Según un tal periodista griego George N.Pantoulas, quien dijo haber visitado el buque en tres oportunidades, en la bitácora de a bordo, dice que el DE-173 tomó parte en el desembarco en Normandía en 1944 y en 1996 se encontraba en la Estación Naval de la Bahía de Suda en Creta. Pantoulas dice ser amigo de quienes en 1996 fueron el comandante y primer ingeniero del barco y asegura que vio el libro de bitácora, aseverando que las páginas correspondientes a la fecha en que se realizó el Experimento Filadelfia, fueron sacadas del libro. También dijo que según contó el Primer Ingeniero, en el buque hay muchos cables que no van a ninguna parte y que causaron muchos problemas para identificarlos, por no corresponder al cableado normal del buque, lo que les hizo presumir que eran parte del experimento.



Según Pantopoulas, ambos oficiales y la tripulación sabían que el USS Eldridge participó en el Experimento Filadelfia. El capitán comentó, que como todo el mundo sabe la bitácora de un buque es sagrada y por eso quedaron muy sorprendidos y extrañados cuando descubrieron que habían sido arrancadas las páginas correspondientes a las fechas, incluyendo las previas y las posteriores, del Experimento Filadelfia. El capitán dijo, que le preguntó a tres de los anteriores capitanes del buque y todos dijeron haberlo recibido así y que en ese estado llegó el buque a Grecia.

Otro detalle descrito por los oficiales, es que aparentemente desaparecían objetos del barco, nada importante, sólo objetos comunes y corrientes y que les hizo sospechar que había un ladrón a bordo. Pero, los objetos reaparecían días después, en lugares diferentes. Algunos tripulantes manifestaron haber visto un halo de color verde, pero el capitán afirmó que él personalmente nunca vio tal fenómeno.

En el libro de Berlitz, se menciona también el asunto de las páginas desaparecidas de la bitácora, entre las fechas 27 de agosto de 1943, al 01 de diciembre de 1943.

Hay algunas historias contadas entre los tripulantes griegos que dicen que algunas veces tienen la extraña sensación de haber servido en el buque anteriormente y también, corroborado por el Primer Ingeniero, que han sentido extrañas vibraciones aún con las máquinas detenidas, con todos los sistemas sin funcionar y con el buque en dique seco. El Primer Ingeniero investigó si se había producido algún temblor en la misma hora, pero fue negado por los expertos en movimientos telúricos.

La historia del USS Eldridge, en cuanto a su hoja de servicios y transferencia a Grecia, se puede confirmar en libros y catálogos de Jane's Books.

SS Andrew Furuseth



Supuestamente, la tripulación del mercante SS Furuseth observó la llegada vía teletransportación del Eldridge en el área de Norfolk. Los registros de los movimientos del SS Andrew Furuseth se encuentran en los archivos de la Décima Flota, en la Administración de Archivos y Registros Nacionales de EEUU, sito en el 8601 Adelphi Road, College Park, MD 20740-6001, USA; donde se custodian todos los archivos con los informes de acciones de guerra naval, de todos los buques estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.

Los informes de movimiento, muestran que el SS Furuseth dejó Norfolk con el convoy UGS-15 con destino a Casablanca el 16 de agosto de 1943 y que llegó a su destino el 2 de setiembre. Luego el 19 de setiembre, el buque zarpó de Casablanca y llegó a Cape Henry el 4 de octubre. Posteriormente, el 25 de octubre, el SS Furuseth dejó Norfolk con el convoy UGS-22 y llegó a Orán el 12 de noviembre. Permaneció en el Mediterráneo hasta que regresó con el convoy GUS-25 a Hampton Roads, el 17 de enero. En los archivos se encuentra una carta del teniente William S. Dodge, capitán del buque, negando categóricamente que él o su tripulación hubieran observado nada anormal mientras estuvieron en Norfolk. De hecho, ni el USS Eldridge, ni el SS Furuseth estuvieron al mismo tiempo en ese puerto.

Factibilidad del Proyecto Rainbow

En 1944, la Oficina de Investigaciones Navales de EEUU, ha declarado que el uso de campos de fuerza para volver invisibles a buques y sus tripulaciones no se compadece con las leyes conocidas de la física. Aclaran también que la investigación del Dr. Albert Einstein sobre su Teoría de Campos Unificados para Gravitación y Electricidad fue publicada en Alemania en un periódico científico de Prusia en 1925, pero nunca fue completada y por tanto la desecharon. En ese tiempo, Einstein no tenía la más remota idea que un día se convertiría en ciudadano estadounidense. Entre 1943 y 1944 Albert Einstein fue consultor a tiempo parcial en la Oficina de Armamento de la Armada, llevando a cabo experimentos sobre explosivos y explosiones. No hay indicios que Einstein estuviera involucrado con investigaciones relacionadas con invisibilidad o teletransporte.

Luego de muchas investigaciones, los expertos llegan a la conclusión de que no existen indicios de ningún Proyecto Rainbow en los archivos relacionados con teletransporte o invisibilidad. En 1940 el "Código Rainbow" se usó para designar al Eje Berlín-Roma-Tokio. Un "Plan Rainbow" fue diseñado para derrotar a Alemania, Italia y Japón. También, fueron conocidos con el nombre de "Plan Rainbow V", los planes para combatir a las Fuerzas del Eje, luego del ataque a Pearl Harbor.

Según opinan algunos investigadores, es posible, que lo que trató de hacer la US Navy fue utilizar el mismo principio de los "degaussers" para hacer que mediante un intenso campo magnético un torpedo se desviara del casco de los buques al ser atacados por submarinos. El USS Eldridge fue equipado con toneladas de equipo electrónico experimental. Al menos de acuerdo con una de las fuentes incluía dos generadores de 75 KVA instalado donde se encontraba originalmente la torreta del cañón de proa, que alimentaban a 3 potentes transmisores de Radiofrecuencia (2 megavatios cada uno, instalados sobre la cubierta) equipados con 3 mil válvulas electrónicas tipo JAN 6L6GT que entregaban su energía a las bobinas de campo de los dos generadores. Además había equipos electrónicos adicionales con moduladores y sincronizadores electrónicos. El propósito del experimento era generar un campo electromagnético masivo que configurado adecuadamente podría doblar los rayos de luz y las ondas de radio alrededor del barco -de manera parecida como se comportan los agujeros negros en el espacio- haciendo que el buque desaparezca de la vista e impidiendo que sea detectado por el radar.

¿Desaparecer un buque con válvulas electrónicas 6L6?



Analizando la posibilidad de generar un campo electromagnético de magnitud suficiente para causar un fenómeno como el pretendido en el Experimento Filadelfia, hace volar la imaginación hacia el borde de lo inverosímil.

En 1943 o después, difícilmente 3 mil válvulas 6L6 —incluso las tipo JAN (Joint Army Navy) que eran válvulas electrónicas con prestaciones militares— podían producir 2 megavatios de potencia de radiofrecuencia en modo CW en configuración de trabajo intermitente. La válvula 6L6 fue diseñada por RCA en 1936 y sus características eléctricas le permitían generar a lo más 50 vatios de potencia de radiofrecuencia en CW de baja frecuencia en Clase C, con 750 voltios en placa @ 100 mA. Tres mil de esas válvulas sólo podrían generar 150 kilovatios y por tanto, para producir los alegados 2 megavatios (2 millones de vatios) se habrían requerido 40 mil válvulas 6L6.

La misma válvula 6L6 podía generar a lo más 120 vatios, como amplificador lineal de Radiofrecuencia CW de baja frecuencia en Clase B, con 750 voltios en placa. Tres mil de esas válvulas sólo podrían generar 360 kilovatios y por tanto, para producir los alegados 2 megavatios (2 millones de vatios) se habrían requerido 16.668 válvulas 6L6.



Ahora, si en vez de "vatios" que es una medida de potencia eléctrica, por esos errores que cometen los neófitos en cuestiones técnicas, se tratara de megavoltios, es posible que utilizando un transformador "flyback" similar al que usan los aparatos de televisión, los 750 voltios podrían haber sido elevados a 2 megavoltios, pero aún así, la potencia generada para producir el alegado "campo electromagnético masivo" sería insignificante para influir en el campo magnético del casco de un buque. En la actualidad hay emisoras de radio capaces de manejar megavatios de energía de radiofrecuencia y lo hacen sin "desaparecer ni teletransportarse".

Otra versión habla de "Vibradores", sin especificar que tipo de "vibradores" para generar la energía de los degaussers. El Vibrador más conocido en los años 40, era un dispositivo usado para convertir corriente continua en alterna, generalmente de 400 ciclos por segundo (hoy Hertz) que se empleó hasta los años 60 para generar corriente alterna en aparatos electrónicos usados en vehículos automotores y en barcos. Generalmente se usaban para hacer funcionar equipos de bajo consumo, pues para los de más potencia se empleaban alternadores, que es un motor integrado con un alternador que funciona con baterías.

También se ha especulado con la hipótesis de que con el Experimento Filadelfia se pretendió ionizar el aire alrededor del buque para ocultarlo a la vista. Aún admitiendo que fuera posible ionizar el aire con 3000 válvulas 6L6 para lograr ese efecto, cosa que tampoco soporta un análisis científico, es poco factible. El propósito del experimento invalida la hipótesis porque de acuerdo a los supuestos testimonios, se vio en el agua la depresión donde se encontraba flotando el barco, una posibilidad absurda pues al estar oculto el barco ¿por qué no estaría oculta el agua debajo de su casco?. Por supuesto que el ocultamiento óptico no significa un ocultamiento al radar, lo que destruye la teoría de la utilidad táctica.

Hay aspectos adicionales que no se mencionan en este artículo relacionados con muchos otros parámetros y magnitudes eléctricas relacionados con los circuitos que emplean válvulas electrónicas al vacío, son aspectos demasiado técnicos para discutirlos en esta página, como son la transconductancia, la impedancia o la disipación de temperatura del circuito con 3000 válvulas 6L6. En conclusión, es poco creíble la teoría de los 2 megavatios producidos por 3000 válvulas 6L6 para hacer desaparecer un pequeño destructor, o un siquiera un botecito y menos teletransportarlo.

Testimonio, la investigación de Charles Berltiz

"Los acontecimientos recientes me impulsaron a reabrir mis investigaciones sobre el Experimento Filadelfia. El primero de ellos -y tal vez el decisivo- fue la publicación, en Los Ángeles, de un libro de Alfred Bielek en el cual insiste, con nuevos aportes y testimonios, en señalar que el barco de la marina norteamericana se volvió invisible realmente y fue teletransportado a un punto situado a 640 kilómetros de distancia, donde fue visto por ciertos testígos, para regresar luego de algunos segundos al punto de partida. El otro hecho -secundario, pero no por eso menos trascendente- es que un estudio cinematográfico de Hollywood acaba de terminar, a 50 años de los sucesos, la segunda parte de la película The Philadelphia Experiment, filmada hace unos años por el director Stewart Rafili, con Michael Paré como protagonista. En este nuevo filme, según mis noticias, se vuelven a cometer algunas inexactitudes que dificultan el trabajo de los verdaderos estudiosos, convirtiendo este affaire tan importante en un simple episodio de ciencia ficción.

La primera noticia acerca del llamado Experimento Filadelfia, me llegó en 1955 a través del investigador Morris Jessup, un científico de renombre en aquellos tiempos. Astrónomo, matemático y arqueólogo especialista en la cultura maya, trabajó varios años para el gobierno norteamericano hasta que pasó a la actividad privada. A la vista de esos grandes monumentos, Jessup llegó a la conclusión de que las enormes piedras de los templos y pirámides gigantes no podían haber sido puestas en ese sitio por hombres científicamente primitivos, que poseían una técnica rudimentaria y que sólo disponían de la fuerza que les podía proporcionar un modesto animal de tiro como es la llama.

Mucho antes que Erich von Daniken -y con bastante menos publicidad- nuestro científico especuló sobre la posibilidad de que esas piedras hubiesen sido apiladas mediante una gran fuerza levitatoria, comandada desde naves llegadas de otras dimensiones. Estudiando ciertas ruinas de México, creyó reconocer algunas similitudes entre éstas y los cráteres lunares Linne e Hyginus. En el otoño de 1955, publicó un libro donde se reproducía el resultado de sus investigaciones. El volumen se titulaba The case for the Ufo. El autor no sospechaba que su libro marcaría el comienzo de una sucesión de hechos misteriosos, que habrían de provocar una de las más singulares controversias de los tiempos modernos.



En esas páginas -luego de demostrar, según él, las posibilidades matemáticas y físicas de esa fuerza gravitatoria, la misma que utilizarían para impulsar los platos voladores decía que el gobierno de los Estados Unidos debía poner en marcha un programa especial para el desarrollo de esa poderosa energía Pocos meses después el doctor Jessup recibió una extraña carta firmada por Carlos Miguel Allende, de New Kensigton, Pennsylvania, en la Cual le decía que la idea de desarrollar esa fuerza levitatoria podría traer nefastas consecuencias para los hombres, como ya había ocurrido en un caso que él conocía.
Ocupado en la redacción de un nuevo libro pero lo suficientemente atraído por la enigmática carta , el científico le contestó con una breve notita en la cual le pedía a Allende que le mandara mas noticias sobre ese caso relacionado con una fuerza gravitatoria. Jessup se olvido del asunto y se dedicó a difundir sus ideas por medio de conferencias y artículos en prensa.

El 13 de enero de 1956, justo un año-después de publicado su libro, el doctor Jessup -que ya se había olvidado de aquel corresponsal misterioso- recibió una segunda carta de Allende, que ahora firmaba Carl M. Alien, cuyo sobre tenía ahora matasello de Gainesville, Texas. Esta carta, al igual que la primera (cuyo texto no se conserva porque Jessup no juzgó importante guardarla), estaba redactada en un lenguaje enrevesado y muy peculiar, llena de mayúsculas y párrafos que en un principio resultaban totalmente herméticos. Sin embargo, estaba claro el mensaje total. Decía, en síntesis, que en 1943 la marina de los Estados Unidos había estado experimentando con una serie de aparatos derivados de las teorías de Albert Einstein sobre el Campo Unificado para hacer que sus barcos -por medio de una gran fuerza magnética- resultaran invisibles a los radares enemigos, al mismo tiempo que se volvieran inmunes a la acción de las minas magnéticas de los alemanes y de los torpedos de los submarinos enemigos.

Es sabido que Einstein interrumpió sus trabajos sobre este asunto por considerar que no era posible llegar a un resultado. Pero Allende dice que sus principios fueron aplicados durante la Segunda Guerra Mundial en un experimento que salió de control y produjo consecuencias no deseadas. Después de algunos años me fue posible reconstruir todo el episodio. Las cosas, según Allende, ocurrieron de la siguiente manera. El viernes 13 de agosto de 1943, el crucero Eldrídge, de la marina de los Estados Unidos, zarpó del puerto de Filadelfia para participar en un experimento secreto. A su bordo llevaba varias toneladas de aparatos eléctricos, con cientos de lámparas y bobinas. El barco había sido botado el 25 de julio de 1943 y medía 92 metros de eslora, con un desplazamiento de 1.240 toneladas y 1.520 a plena carga. Todavía no había entrado en servicio activo cuando poco después, el 13 de agosto de 1943, levó anclas de su amarradero, acompañado por el carguero Furuseth, un veterano de los convoyes al África.

A bordo de esta última nave iba un grupo de científicos y una tripulación reducida de hombres escogidos, entre los cuales se encontraba el marinero de primera Carlos M. Allende. Este contó de la siguiente manera lo que presenció aquel viernes fatídico desde su puesto de trabajo, situado al lado del puente de mando. "A unas pocas millas del muelle -relató en una entrevista con el investigador William Moore-, uno de los hombres de civil que estaba en la timonera ordenó por la radio al comandante del crucero que encendiera los generadores. Entonces, alrededor del crucero comenzó a fluir con gran fuerza un singular campo de energía, perfectamente visible, que giraba en torno de la nave en sentido contrario a las agujas del reloj. Vi que el aire que rodeaba al barco se volvía un poco más oscuro que el resto de la atmósfera. A los pocos minutos vi levantarse del agua una bruma verdosa, similar a una nube muy tenue. De pronto, el barco desapareció completamente y nosotros experimentamos una gran sacudida. Varios de nuestros hombres se desmayaron y a muchos comenzó a salirles sangre de la nariz. En pocos segundos el flamante barco de guerra ya no estaba en su sitio, pero en la superficie del mar podía verse claramente la marca de su peso al desplazar el agua. Sencillamente se había hecho invisible y no quedaban rastros ni de él ni de los hombres que iban a bordo.

Antes de que se esfumara del todo vi que uno o dos marineros que estaban en estribor se desintegraban por completo. Todo comenzó con un desagradable zumbido, que fue aumentando de volumen hasta convertirse en un silbido inaguantable, que culminó en una violenta explosión. En el puente en donde yo estaba reinaba una confusión absoluta y las órdenes se sucedían unas tras otras. Uno de los civiles, el que parecía estar al mando de todo, gritó por la radio que apagaran los generadores. Cuando miré hacia tierra, vi que dos hombres desaparecían mientras corrían aterrados. Yo no sabía qué hacer, pues en ese momento no comprendía lo que estaba pasando. Habían transcurrido unos pocos minutos cuando aquella bruma verdusca comenzó a dispersarse y sin zumbidos ni manifestación alguna que lo anunciase, el crucero comenzó a materializarse de nuevo, desde la popa a la proa, como había ocurrido en el instante en que se hizo invisible.

Pude observar que los hombres que estaban en cubierta sufrían fuertes convulsiones; más tarde supe que varios habían desaparecido y que nunca más se volvió a saber de ellos. Ese instante repercutió negativamente en la mayoría de quienes estuvieron involucrados en ese experimento y muchos perdieron la razón, padecieron alucinaciones o sufrieron horribles dolores y enfermedades. A mí también me afecto Ese campo eléctrico que se formó en torno de la nave cayó también sobre una parte de nuestro barco. Era como una lámina de electricidad pura. La corriente tenía tanta potencia que casi me hizo perder el equilibrio. Por suerte no quedó con todo el cuerpo dentro de esa corriente, pues de haberlo hecho me hubiese tirado sobre la cubierta. Sólo alcanzó a tocarme el brazo derecho, y era tan denso ese campo que me dio un gran golpe y todo el costado me quedó dolorido. Aún me pregunto por qué no fui electrocutado por esa lámina de electricidad. Supongo que fue porque yo tenía las botas de goma puestas, como el resto de la tripulación, por orden de los ofíciales superiores. Fue un momento horrible, y sólo mucho más tarde me di cuenta de que aquel día la ciencia había dado un gran paso, y que la Marina, temerosa de las consecuencias de un experimento que había salido de control y matado a varias personas, trató de ocultar por todos los medios.



Hasta aquí el fantástico relato de Allende. ¿Ocunieron las cosas de esa manera? La marina de los Estados Unidos negó sistemáticamente que se hubiese realizado un experimento de cualquier tipo a bordo del Eldridge. Ese empeño en negar el hecho ya le costó dos millones y medio de dólares en publicaciones y mensajes de diversos tipos. Lo cual parece irrazonable si en verdad nada ocurrió, hace ya medio siglo, aquel 13 de agosto de 1943 en el puerto de Filadelfia. Por otra parte, todos los intentos de los diversos investigadores chocaron con el obstinado silencio de los jefes navales. No se exhibió nunca el libro de bitácora del Eldrídge -se dijo que se había extraviado- y tampoco se proporcionó una nómina de la tripulación que ese día viajaba en el crucero. Se arguyó que esa lista se había destruido por error. También aseguraron que ese viernes el Eldridge y el Furuseth no estaban juntos y que ambos navegaban por aguas distintas, separados entre sí por muchas millas de distancia. Pero un cálculo de sus respectivos derroteros -hecho sobre la base de algunos partes de guerra que figuraban en otros archivos que no fueron bloqueados- me permitió establecer que ambas unidades coincidieron en Filadelfia el día señalado. En consecuencia, lo afirmado por la Marina es falso y Allende pudo observar, a bordo del Furuseth, lo que pasó en el Eldridge.

Pero también hay muchas otras pistas que merecen ser exploradas. En su segunda carta al doctor Jessup, Allende decía que "su amigo', el doctor Franklin Reno, había participado, si no en el experimento mismo, al menos en el análisis de los cálculos previos. Durante años nadie pudo averiguar quien era ese misterioso doctor Reno, que no aparecía por ninguna parte. Finalmente, ayudado por la suerte, junto con William Moore, pude establecer que el nombre de Franklin Reno era el seudónimo de un conocido matemático que trabajó para la Marina en tiempos en que Albert Einstein era también un destacado colaborador del Pentágono. Este matemático, a quien llamaré doctor Rinehart, pues me pidió que no citara su verdadero nombre, confirmó, durante varias entrevistas que le hizo Moore, que en 1943 la Marina estaba realizando ciertos experimentos derivados de la Teoría del Campo Unificado de Einstein. Estos proyectos estaban comandados por dos científicos destacados, el profesor John von Neumann y el doctor Townsend Brown. Según Rinehart, se trataba de encontrar un modo, por medio de la creación de potentes campos electromagnéticos alrededor de los barcos, de desviar o neutralizar los torpedos que disparaban los submarinos alemanes. Posteriormente, el experimento se amplió hasta abarcar la forma de producir la invisibilidad por medio de un campo similar, no ya en el agua sino en el aire. En sus recientes trabajos sobre el Experimento Filadeffia, Affred Bielek dice que en el enorme acelerador de partículas construido por los europeos en Grenoble, se están realizando algunas experiencias similares a las que se hicieron a bordo del Eldrídge en 1943. Si eso fuera cierto y la gran cantidad de energía generada allí permitiera dominar la materia a voluntad, el hombre habrá alcanzado una de sus más entrañables quimeras: la de volverse invisible. Y el Experimento Filadelfia, cincuenta años después, habrá dejado de ser un misterio impenetrable para convertirse en parte de la historia.