¿El poeta tuvo algo que ver con el asesinato?, ¿Las pistas podrían estar en la novela "El Misterio de Marie Rogêt"?
En 1841 se halló el cuerpo de una joven flotando en el río Hudson, cerca de Mreehawken, Nueva Jersey. Se trataba de Mary Rogers, que acababa de cumplir los 21 años. Tenía las manos atadas a la espalda, y, después de violada, había sido estrangulada con un trozo de encaje, al parecer rasgado de su vestido.
Antes de sus 20 años, la esplendorosa Mary había trabajado en Broadway, en la tabaquería de John Anderson. Fue cortejada por actores, escritores, tahúres y celebridades de todas clases.
Durante su trabajo en la tabaquería ya había desaparecido una vez. Discurría el mes de octubre de 1838 y el incidente ocupó las primeras planas de los periódicos. Apareció al cabo de dos semanas con la escueta explicación de que «se encontraba cansada» y había estado alojada en Brooklyn, en casa de unos amigos.
Su asesinato, acaecido en julio de 1841, produjo singular conmoción en aquel largo y cálido verano. John Anderson, que solía acompañarla a su casa hasta que dejó su empleo en 1839, fue el primer sospechoso. Pero Mary tenía también otros asiduos pretendientes que fueron igualmente interrogados: un hombre llamado Alfred Crommelin, y David Payne, huésped de la pensión de su madre en Hoboken (Nueva Jersey). La policía de Nueva York y Nueva Jersey trabajaron seria y prolongadamente sin resultados positivos y, finalmente, cerraron el caso.
Más tarde, a los 18 meses de la muerte de Mary, el ya casi olvidado suceso cobró nueva vida. Pasó a la inmortalidad literaria con la publicación de la famosa novela policíaca "El Misterio de Marie Rogêt", que apareció por vez primera en forma de episodios en la revista Snowden’s Ladies Companion. El autor, Edgar Allan Poe, seguía minuciosamente los hechos del caso, aunque había trasladado la acción a París y cambiado únicamente los nombres y direcciones de las personas implicadas. Pero también su obra, como la realidad, ofrecía un desenlace falto de solidez y de congruencia.
Dupin , el famoso personaje que era un detective de mente brillante y risa sardónica, habla de un «asesino solitario», y parece a punto de nombrarlo cuando, inesperadamente, la intriga concluye con un débil ardid. Se diría que el editor «ha censurado» el final por alguna razón desconocida. Desde la perspectiva actual, resulta extraño que el propio Poe no infundiera entonces sospechas a la policía. Cuantos de cerca investigaron el crimen coinciden en la creencia de que Poe conoció a Mary Rogers, quizás en la intimidad, desde que ella trabajó en la tabaquería.
Poe era un literato movido por una inspiración a menudo cruel y depravada. Vestía habitualmente de negro, con una vieja capa militar, recuerdo de sus días en la Academia de West Point. Fue sometido a consejo de guerra y expulsado del ejército por sus borracheras y turbulenta conducta. Numerosos biógrafos han descrito sus aberraciones sexuales y sus muchas aventuras amorosas.
En sus novelas abundan los personajes egocéntricos y perturbados, que se juzgan a sí mismos como individuos superiores y se arrogan el derecho de entregarse a toda clase de vilezas. La muerte tenía para Poe un poderoso hechizo, sobre todo cuando se cebaba sobre mujeres atractivas. Decía a sus amigos que le procuraba una intensa emoción profética.
Se cree que el 3 de octubre de 1838, el escritor se dirigió a la tabaquería de Anderson y anduvo flirteando con la desenvuelta muchacha. La fecha coincide aproximadamente con los días de la primera desaparición de Mary. ¿Estuvieron juntos, ella y él, durante aquellas dos semanas?
Luego, una vez más, tres días antes de que su cadáver fuese izado del río Hudson, se la vio paseando por los bosques próximos en compañía de un joven alto y moreno, de unos 26 años. Con su capa gastada que le hacía parecer más esbelto de lo que era en realidad, Poe respondía sin dificultad a la descripción, ¿Fue realmente él?. Poe, borracho y drogadicto, murió en 1849 a la edad de 40 años, murmurando:
«Dios guarde mi pobre alma.»
Y expiró sin que la justicia le hiciera una sola pregunta acerca del brutal crimen del que escribiera con tal pasión y tanto lujo de pormenores. Sin embargo, resulta particularmente extraño que el archivo de la policía sobre el caso haya permanecido cerrado desde entonces. Quedán las preguntas: ¿Es posible que las autoridades temiesen que la verdad conmovería al mundo literario? ¿Es posible que un autor cuyo nombre admiran millones de personas cometiese el brutal y sádico crimen? ¿Y no solamente que lo hiciese impunemente, sino que tuviese después el cinismo de escribir sobre ello?. Acá un fragmento de la obra que inquietó a muchos:
"El famoso escritor contempla excitado cómo la bella joven desfallece y muere entre sus manos, envuelta firmemente su garganta con una media o un pañuelo. Más fuerte, cada vez más fuerte…"
Edgar Allan Poe y el misterio del asesinato de Mary Rogers
Publicado por Daniel 16:56